El detenido ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da SIlva, favorito en las encuestas para los comicios de octubre próximo, confirmó en una carta que será candidato pese a que la corte suprema rechazó un nuevo pedido de excarcelación, mientras crece la chance de que su vice sea el ex canciller Celso Amorim para representarlo durante la campaña, se informó hoy.
Según trascendió hasta ahora, cuatro de los cinco jueces de la sala segunda del Supremo Tribunal Federal -considerada la más garantista del máximo tribunal- rechazaron que el juez Sérgio Moro haya vulnerado el procedimiento para la captura del líder opositor.
La decisión, que se conocerá oficialmente mañana, era la carta más rápida de Lula para conseguir la libertad luego de haber sido detenido el pasado 7 de abril.
La defensa de Lula considera que Moro se anticipó -antes de que se agotaran los recursos de queja ante la cámara de apelaciones- al disponer la orden de detención para cumplir una pena confirmada en segunda instancia de 12 años y un mes de cárcel por corrupción en el caso Lava Jato.
Al mismo tiempo que se conocían los votos contrarios a Lula de Edson Fachin, Ricardo Lewandowski, Gilmar Mendes y José Dias Toffolli, Lula divulgó una carta mediante la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, confirmando su candidatura.
En el entorno del ex presidente, al que llaman «preso político», consideran que habrá flexibilidad judicial sobre su detención una vez que Lula desista de presentarse, incluso preso, a las elecciones del 7 de octubre, para las cuales lidera las encuestas en escenarios de primera y segunda vuelta.
«Si acepto la idea de no ser candidato, estaré asumiendo que cometí un delito y yo no cometí ningún crimen. Por eso soy candidato hasta que la verdad aparezca y los medios y jueces y fiscales muestren las pruebas del delito que cometí o paren de mentir», dijo el ex mandatario en su carta en la que afirma que sus acusadores y el pueblo «saben» de su inocencia.
Lula dijo que quienes hablan de sacarlo de carrera son sus competidores políticos o quienes creen que no puede presentarse en virtud de la Ley de la Ficha Limpia, que impide a condenados en dos instancias ser candidatos.
«Esta no era una defensa final. Vamos a continuar la batalla jurídica. Uno de los ministros votó pero destacando el principio de presunción de inocencia. Esperamos ahora que la corte trate el recurso especial y extraordinario que permitirá analizar el caso Lula de forma más concreta y más profunda», dijo Sepúlveda Pertence, ex juez del máximo tribunal que defiende al ex mandatario.
Lula tiene aún pedidos de liberación ante la corte suprema y el máximo tribunal penal, el Superior Tribunal de Justicia, aunque no hay fecha para el tratamiento de estos casos.
Tampoco, por decisión de la presidenta del máximo tribunal, Carmen Lucia Antunes, está en agenda tratar el nudo de los reclamos: la inconstitucionalidad de la jurisprudencia de 2016 de Lava Jato que permite detener a sentenciados en dos instancias.
La Carta Magna indica que el juicio hasta agotar todas las instancias debe ser en libertad.
Sobre la candidatura de Lula, Hoffmann sostuvo que existe jurisprudencia de candidatos condenados en dos instancias y que se inscribirá a Lula el 15 de agosto ante el Superior Tribunal Electoral.
En ese marco y con Lula preso, surgió el nombre de uno de sus mejores amigos, el ex canciller Celso Amorim, quien también fue ministro de Defensa de Dilma Rousseff y ministro de Relaciones Exteriores de Itamar Franco entre 1992 y 1994.
El diario Folha de Sao Paulo publicó que Amorim es un hombre respetado que podrá representar a Lula en los debates públicos para defender la gestión de 2003 a 2010 y no tiene pasado de un político tradicional.
«No pensé en ser vice de Lula, creo que es una especulación», dijo ante una consulta de Télam Amorim, elegido el mejor canciller del mundo en 2009 por la publicación Foreign Policy.
La conformación de las candidaturas para las elecciones de octubre marcha a todo vapor, siempre teniendo en cuenta que el primero en las encuestas es Lula seguido por el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro y con la ambientalista Marina Silva en tercer lugar.
El cuarto colocado era Joaquim Barbosa, ex juez de la corte que desistió de su candidatura y su intención de voto cercana al 10% está siendo disputada por Silva y dos políticos tradicionales con chances de llegar al segundo turno, Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), y Geraldo Alckmin, ex gobernador de Sao Paulo, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Gomes negocia la inclusión como vice de uno de los hombres más ricos de Sudamérica, Benjamín Steinbruch, dueño de la Compañía Siderúrgica Nacional y vicepresidente de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP).
Steinbruch se afilió al Partido Progresista, la fuerza de derecha que es la principal involucrada en la operación Lava Jato que acostumbra ser oficialista en todos los gobiernos con su amplia base parlamentaria.
«Es el hombre ideal para vice», dijo Carlos Luppi, titular del PDT, el partido heredero del varguismo que tuvo entre sus principales referentes a Leonel Brizola y formó parte de los gobiernos de Lula y de Rousseff, aunque ahora busca que el PT lo apoye en su incursión por fuera de alianzas de centroizquierda.
En la centroderecha oficialista, desde el gobierno dan por descartada la candidatura de Temer, quien estuvo reunido con Alckmin para que se incluya la defensa del ‘legado’ del actual gobierno y así ofrecer el apoyo del partido más grande del país, el Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB).
Este apoyo a Alckmin está condicionado por la performance que tendrá en las encuestas el hasta hace dos semanas ministro de Economía Henrique Meirelles, quien renunció al cargo para armar su candidatura.