Durante una reunión de una hora y veinte, al mediodía, el presidente expresó su "admiración por el trabajo social" que realiza la iglesia en todo el país
Durante una reunión de una hora y veinte, al mediodía, el presidente expresó su «admiración por el trabajo social» que realiza la iglesia en todo el país
El presidente Alberto Fernández afirmó este miércoles que los obispos serán «aliados para trabajar juntos» en problemas como el hambre y las drogas, al recibir a la cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina en la Casa de Gobierno, donde escuchó el rechazo al protocolo nacional para abortos no punibles, aprobado por el Ministerio de Salud.
Durante una reunión de una hora y veinte, al mediodía, el presidente expresó su «admiración por el trabajo social» que realiza la iglesia en todo el país y señaló que «nadie mejor que ustedes conoce el problema del hambre y las drogas».
«Somos aliados para trabajar juntos», les dijo el mandatario y, según lo informado por la Presidencia, les adelantó que su administración está «analizando una reforma judicial para ir a fondo contra el narcotráfico».
En tanto, la cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) expresó su «sorpresa, desazón y preocupación» por el protocolo nacional para abortos no punibles al señalar que «en la práctica autoriza el aborto libre», por lo que lo calificaron de «improcedente».
Así se lo transmitió el Episcopado al presidente durante la reunión «cordial» que mantuvieron por primera vez desde que Fernández asumió en la Casa Rosada, según fuentes oficiales y de la CEA.
En un comunicado difundido tras el encuentro, los obispos resaltaron que «la Iglesia ha defendido y defenderá siempre toda vida desde la concepción, de manera firme y clara».
De la reunión participó la comisión ejecutiva de la CEA, encabezada por su presidente, monseñor Oscar Ojea; el vicepresidente primero, cardenal primado Mario Poli; el vicepresidente segundo, monseñor Marcelo Colombo y el secretario general del cuerpo, monseñor Carlos Malfa.
Por parte del Poder Ejecutivo, junto a Fernández, estuvieron el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Béliz; el canciller Felipe Sola y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri.
En el encuentro, los obispos le entregaron al Presidente una copia del mensaje navideño que la comisión permanente del Episcopado difundió hoy, al término de sus deliberaciones en la sede porteña del barrio de Retiro, con el título «Un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado».
«Nos hemos sentido sorprendidos por la presentación del protocolo sobre el aborto, como uno de los primeros actos del nuevo gobierno. Nos duele y preocupa este modo de obrar que evita el razonable debate democrático sobre la tutela de la vida, el primer derecho humano», indicó el mensaje y advirtió que «hay una jerarquía normativa que se ha visto vulnerada por la imposición de este protocolo por parte de un funcionario».
En ese marco, los prelados sostuvieron que «lo que no legisló el Parlamento Nacional al término de un debate democrático, que contó con la discusión pública por parte de todos los sectores, instituciones y credos, lo acaba de definir un improcedente protocolo del Ministro de Salud».
«No somos ‘anti-derechos’ los argentinos que estamos a favor de la dignidad y el valor sagrado de toda vida. En comunión con tantos creyentes y ciudadanos de buena voluntad esperamos la revocación del protocolo», expresaron en el mensaje que entregaron al presidente Fernández.
Por otro lado, en su encuentro con Fernández, los obispos destacaron la presencia de todo el arco político en la Misa por la Patria en la Basílica de Luján, que se desarrolló el 8 de diciembre, a la que también asistió el presidente saliente Mauricio Macri, y valoraron el «gesto de haber participado juntos en una misma oración».
Asimismo, los hombres de la Iglesia expresaron su «conformidad» por las declaraciones de Fernández en su discurso de asunción ante el Congreso de la nación, en que «puso de relieve la Encíclica del Papa Francisco, Laudato SI’, por la que nos trae una enseñanza sobre el cuidado de la casa común, como también del cuidado de la vida en todo su desarrollo, desde la concepción hasta la muerte natural».
Los obispos revelaron que también mencionaron ante el Presidente «las urgentes demandas sociales que presenta el país, especialmente la grave situación alimentaria y la creciente demanda de droga por parte de jóvenes, y la grave situación de las cárceles» y reafirmaron «su postura de atender prioritariamente a los más frágiles del tejido social».