La Liga Norte italiana y el Movimiento Cinco Estrellas ultimaban hoy los detalles de un posible acuerdo para un gobierno conjunto, luego de que la Fuerza Italia de Silvio Berlusconi aceptara dar un paso al costado para facilitar las negociaciones que saquen al país de más de dos meses de parálisis política.
La Liga y el Cinco Estrellas (M5E), que fueron los dos partidos más votados en las elecciones de marzo, deberán presentar mañana una propuesta tras el plazo de 24 horas que les dio hoy el presidente Sergio Mattarella para que definan si es viable una coalición de gobierno que le de un nuevo Ejecutivo al país.
La decisión de Mattarella fue confirmada por el palacio Quirinale a través de un comunicado y se basó en «el encuentro en curso por un posible acuerdo de gobierno» y evitar así la convocatoria a nuevas elecciones.
«Confirmo que probaré hasta el final», planteó esta mañana el líder de la Liga, Matteo Salvini, en declaraciones a Radio Capitale al mostrar su intención de un acuerdo con el Cinco Estrellas luego de 65 días de negociaciones.
Durante más de dos meses, las negociaciones entre la Liga y el M5E estuvieron centradas en el rechazo del Cinco Estrellas a incorporar a un posible Ejecutivo conjunto a la Fuerza Italia de Silvio Berlusconi, aliado de Salvini en las elecciones de marzo.
«Todavía no hay una respuesta definitiva ni de Di Maio ni de Berlusconi. Debo hablar con ellos», agregó luego Salvini a media tarde al ser interceptado por los periodistas en la esquina de la Cámara de Diputados.
De todos modos, el líder xenófobo de la Liga Norte, de 45 años y que se ha convertido en el principal vocero de las negociaciones, planteó luego que «es un pre-requisito que no se rompa la alianza» que la Liga Norte tiene con Berlusconi.
A última hora del miércoles, un comunicado de Berlusconi pareció confirmar la buena marcha de las tratativas y manifestó que si bien su fuerza no acepta «dar el consenso» a un gobierno con el Cinco Estrellas por considerar que no tienen «madurez política»; sí «toman con respeto al decisión» de la Liga Norte.
«No nos corresponde poner vetos o prejuicios. Pero en ese caso no podremos votar la confianza», agregó Berlusconi que se comprometió de todos modos a «sostener lealmente los temas que estén en línea con el programa de la centroderecha» en el eventual gobierno del M5E y la Liga.
«Esto no marca el fin de la alianza de centroderecha», advirtó el tres veces premier, en línea con Salvini, y ratificó que seguirán las colaboraciones en gobiernos locales.
Desde marzo, y luego de tres rondas de consultas políticas encabezadas por Mattarella y otras que llevaron adelante los titulares del Senado, María Elisabetta Alberti Casellati y de Diputados, Roberto Fico, las negociaciones para dar un Ejecutivo al país parecían haber llegado a punto muerto.
El mes pasado, Di Maio había pedido «un paso al costado» de Berlusconi y que Fuerza Italia diera un «apoyo externo» al eventual gobierno con la Liga Norte, pero Salvini se había mostrado reacio a esa opción.
Recién este martes la fuerza de Salvini había pedido a Berlusconi que en vez de involucrarse directamente en el nuevo gobierno lo haga a través del apoyo externo planteado por Di Maio.
El lunes, Mattarella había pedido a los partidos políticos que tras dos meses de desencuentros apoyaran un «gobierno neutral de garantía» hasta diciembre, como única alternativa para evitar la convocatoria inmediata a nuevas elecciones, posiblemente entre julio e inicios del otoño europeo (fines de septiembre).
Sin embargo, la iniciativa presidencial solo consiguió en sus primeras 48 horas el apoyo del Partido Democrático, y fue rechazada por la Liga y el Cinco Estrellas.
Tanto Salvini como Di Maio se habían postulado como eventuales premiers de un posible gobierno, aunque luego los dos habían aceptado declinar sus candidaturas en favor de una figura común extrapartidaria como parte de las negociaciones.