El diputado Alfredo Cornejo fue reelegido como presidente del Comité Nacional por el plenario de delegados, reunido esta tarde en esa sede partidaria de la UCR, mientras que la mesa directiva estará integrada por Gerardo Morales, Alejandra Lorden, Angel Rozas, Soledad Carrizo, y Enrique «Coty» Nosiglia, entre otros.
Reunido en la histórica sede radical de Alsina 1786 de esta capital, el plenario respaldó una nueva gestión de Cornejo como titular de la UCR, luego de un acuerdo alcanzado entre las diferentes líneas internas y con la mirada puesta en el rol opositor que jugará el partido en el nuevo escenario político.
Sin embargo, el inicio se vio empañado por una trifulca entre militantes de distintas facciones, que terminó con un grupo disidente -crítico de la alianza entre la UCR y el PRO- imposibilitado de ingresar al salón donde se debate.
La reunión arrancó con un informe de gestión dado por Cornejo sobre los dos años de gestión al frente del partido (2017-2019).
Según fuentes partidarias, tras el plenario el radicalismo emitirá un documento final que, entre otras cosas, ratificará la pertenencia del partido a Juntos por el Cambio y la posibilidad de incorporar nuevos socios a la ahora alianza opositora.
Otro punto fundamental a definirse será quiénes secundarán a Cornejo como vicepresidentes y en la secretaría general, lo que aún no fue acordado, pero fuentes partidarias señalaron que esos cargos podrían ser ocupados por el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales o por el dirigente porteño Enrique «Coti» Nosiglia.
La nueva conducción también tendrá que definir quién será el nuevo titular de la Auditoría, ya que mientras el ex presidente Mauricio Macri proponía a su ex candidato a vicepresidente Miguel Pichetto, en la UCR proponían que ese lugar lo ocupe el actual auditor y ex ministro Jesús Rodríguez.
Golpes de puño entre radicales oficialistas y disidentes en el Comité Nacional
La escaramuza se produjo en el hall de la histórica sede de la calle Alsina de esta capital cuando militantes identificados como «alfonsinistas», contrarios a la conducción nacional, intentaron ingresar a las gradas ubicadas en el salón principal del comité donde se desarrolló el plenario.
Otro grupo, a los empujones, le impidió a los disidentes -la mayoría proveniente de la provincia de Buenos Aires- subir al entrepiso del comité para ubicarse en los balcones de la sala Pedro Duhalde.
Fue allí donde las dos facciones se enfrentaron a golpes de puño hasta que personal del Comité Nacional logró controlar la situación.
«El límite es la derecha y la derecha es Macri. Raul Alfonsín», decía una bandera que el grupo crítico intentó colgar en el entrepiso.
«Es inconcebible que manden a matones para no dejarnos expresar nuestra posición; somos hombres y mujeres del partido», dijo a Télam el militante Jorge Cobos, quien se quejó de que les prohibieran el paso mientras «les dan lugares de privilegio a los aplaudidores de siempre».
Otro militante disidente, Gerardo San Martín, sostuvo que el plenario «es una farsa» porque «terminaron de rosquear la mesa (directiva) y los demás (delegados) vienen sólo a levantar la mano».