Desde la agrupación "Amigos de la Isla Autoconvocados" anuncian que ante la bajante del río un grupo de personas abrió un canal
Desde la agrupación «Amigos de la Isla Autoconvocados» anuncian que ante la bajante del río un grupo de personas abrió un canal
La agrupación Amigos de la Isla Autoconvocados denuncia que ante la bajante histórica del río Paraná un grupo de personas con “intereses particulares” decidieron abrir en la isla un canal que parte a la mitad el terreno. Según cuentan, este grupo favorecería sus conveniencias para la temporada estival y así pueden utilizar veleros, yates y demás embarcaciones de gran calado.
Las obras, que comenzaron hace 10 días, están por finalizar y la gente que frecuenta la isla se enteró de la misma cuando vieron las ostentosas maquinarias trabajando. Desde Amigos de la Isla Autoconvocados denuncian que los permisos obtenidos para estas tareas tienen una procedencia dudosa.
“El permiso que tienen es para un dragado menor y no es una obra menor porque lo que están haciendo es un canal de 600 metros de largo por 6 metros de ancho”, explicó Santiago Marelli en diálogo con CLG.
El permiso fue a través de una vecinal de la isla, pero, según Marelli, “son 10 personas que tienen dinero para financiar esa obra”. Además, y más allá de las embarcaciones, se habla de un posible emprendimiento inmobiliario de cabañas.
Por la conexión del canal principal del río Paraná, la jurisdicción pertenece a la Dirección Nacional de Control de Puertos y Vías Navegables y, según Marelli, «ponen como excusa para realizar los trabajos a la escuela Escuela N° 45 – Martín J. Thompson, en Isla la Invernada».
En un comunicado difundido por los autoconvocados, se preguntan por la situación de la institución educativa: «Si la escuela es la principal beneficiada por la canalización, ¿por qué la obra no la pidió la Directora del establecimiento o los padres de los niños que asisten al mismo? ¿Por qué se presenta la nota en noviembre cuando está por terminar el ciclo lectivo?«.
El mismo comunicado agrega: «El problema de la laguna “El Embudo”, situada en las islas del Paraná en frente de la ciudad de Rosario a la altura del el Centro Científico Tecnológico y Educativo Acuario del Río Paraná, se suscitó hace algunos años cuando el Club de Velas decidió hacer una caleta dentro de la laguna y unirla con “El Saco”, lo que produjo el cambio de la corriente de agua dentro de la laguna y que se cierre la entrada natural de la misma conocida como “La Boca de El Embudo”.
“En vez de cerrar lo que hizo el Club de Velas, abren otro. Es como si en tu casa se te rompe la puerta y en vez de llamar al cerrajero, hacés un boquete y entrás por ahí”, simplificó Marelli.
Esto puede producir nuevos cambios en la corriente y consecuencias para los vecinos de la misma. “El que tiene plata hace lo que quiere, los controles lo hace la ciudad de Victoria y siempre llegan tarde. El río va cambiando constantemente y si el hombre cambia artificialmente va a perjudicar a los vecinos”, esgrimió Marelli.
Como integrante de Amigos del Río Autoconvocados, Santiago propuso la reunión con todos los involucrados para buscarla una solución “poniendo de base la situación de equilibrio” que existían antes de la obra del Club de Velas.
Por último, Marelli cerró muy enérgicamente: “No puede ser que cada uno haga lo que quiera en la isla, porque si no el que tiene más dinero se va a llevar todo y va a perjudicar a un vecino que tiene un rancho y lo único que hace es mantener el rancho”.