El nuevo presidente del Banco Central, Pesce, aseguró que el objetivo es alcanzar esa meta y destacó la importancia de alcanzar superávit comercial y fiscal
El nuevo presidente del Banco Central, Pesce, aseguró que el objetivo es alcanzar esa meta y destacó la importancia de alcanzar superávit comercial y fiscal
El flamante presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, dijo hoy que el objetivo es bajar la inflación a un dígito para finales de 2021, al tiempo que destacó la importancia de alcanzar superávit comercial y fiscal y acumulación de reservas «como instrumentos de consolidación macroeconómica».
«Podemos pensar en una inflación de un dígito para finales de 2021», dijo Pesce, en una entrevista publicada hoy en el diario Perfil.
Asimismo, resaltó que el presidente Alberto Fernández «planteó el superávit fiscal, el externo y la acumulación de reservas como instrumentos de consolidación macroeconómica. Sería una muy buena señal de consolidación».
Afirmó que «necesitamos incrementar nuestras exportaciones para poder tener un saldo de balanza comercial que nos permita atender el déficit en servicios. Siempre fuimos deficitarios en el rubro servicios de la balanza de pago, los servicios de deuda y eventualmente en la formación de activos externos».
«Hay mucha esperanza con respecto a lo que va a ocurrir con la exportación de hidrocarburos: petróleo más en el corto plazo; gas, en el largo. Algo que tiene su foco en Vaca Muerta, pero que no es solo ese yacimiento. Si sucede lo que vaticinan las empresas del sector, estaríamos hablando de duplicar las exportaciones de hidrocarburos, y sería ya una cifra interesante de exportación», sostuvo.
Consultado sobre los adelantos transitorios que el Central podría entregar al Tesoro a lo largo de 2020, dijo que «serán los necesarios para el desempeño del Estado, que se concentrará también en mejorar los niveles de ingreso de la base de la pirámide, lo que alude a aumentos en jubilaciones, la asignación universal por hijo, al proyecto de una tarjeta alimentaria para los sectores más desprotegidos».
«Esperamos que sean los menos posibles pero los necesarios para poder atender las necesidades del Estado y los requerimientos sociales urgentes», subrayó.
El economista -que se desempeñó como vicepresidente de la entidad entre 2004 y 2014- agregó que «no bien se termine la reestructuración de deuda y de definir la cuestión de los planes sociales, vamos a poder ver cuáles son las necesidades con que tiene que asistir el Banco Central al Tesoro. Esperamos que sean las menos posibles, y que estén ajustadas al aumento de la demanda de dinero».
Sobre la gestión anterior, analizó que «pusieron el foco en combatir la inflación a través de instrumentos monetarios, de mantener la base monetaria inalterada y una tasa de interés superlativa, extraordinariamente alta en términos reales. Esto fracasó. Vamos a terminar este año con una de las inflaciones más altas de las últimas décadas».
«El gobierno anterior cometió dos errores: el primero fue creer que era fácil bajar la inflación. El segundo fue suponer que sobraban dólares. Ante procesos así, sostenidos, aparece la inercia inflacionaria y se requiere muchísimo tiempo y muchísima recesión para poder bajar la inflación inercial con tasa de interés u otros instrumentos monetarios», resaltó.
Pesce se refirió a las Leliq: «En la medida en que empieza a expandirse el crédito y de pases contra el Banco Central, el stock de Leliq va a ir bajando. Esperemos que esto vaya sucediendo el año que viene».
Señaló que «si bajan las Leliq, va a haber expansión secundaria del dinero por el aumento del crédito, que hoy está constreñido por esa esterilización. Acá hay un problema de demanda de dinero».
«Con una inflación mucho más moderada que la de este año va a aumentar la cantidad de dinero, especialmente si aumenta el consumo de los sectores de más bajos ingresos. Eso va a demandar cierta monetización que puede ser cubierta con lo que se financia del sector público y la expansión por sector externo», expresó.
«Pero cuando se utiliza la emisión monetaria para financiar al Estado hay que ser muy cuidadoso. Debe hacerse solo en situaciones excepcionales y con mucho cuidado», concluyó.