"Sueño con que Rosario sea sinónimo de respeto", expresó el flamante mandatario
«Sueño con que Rosario sea sinónimo de respeto», expresó el flamante mandatario en el Propileo Triunfal de la Patria
En una noche calurosa y con la Llama Votiva de fondo, el flamante intendente de Rosario, Pablo Javkin, cerró su jornada de asunción con un emotivo acto en el Propileo Triunfal de la Patria del Monumento a la Bandera. Y lo hizo junto a su esposa e hijos. Los mismos que lo acompañaron durante toda la jornada y que lo sostuvieron en los momentos más difíciles.
En su discurso, el mandatario puso el foco en volver a las bases de lo que supo ser la ciudad en algún momento de su historia. “Los convoco a darnos la mano y a respetarnos. A crear una Rosario en la que lo lógico sea parar en las esquinas para que pasen los peatones, donde lo raro sea estacionar en doble fila y obstruir el tránsito”, expresó Javkin.
“Donde nos cuidemos los unos a los otros. Puede parecer poco e ingenuo, pero respetar y cuidar al otro vence a la indiferencia. Tenemos que volver a la época en la que tomar mate en la puerta era una costumbre, a eso hay que volver. Cuantas horas de nuestros días se nos van en reclamos y trámites, eso no puede pasar más”, continuó.
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Y agregó: “Hoy me comprometo junto a mi Gabinete a construir una nueva Rosario, con los viejos valores. Vamos a desplegar a todos los agentes para mostrar que no se puede hacer cualquier cosa, que no es lo mismo hacer las cosas bien o mal, si alguien piensa que nuestra intención es recaudar se equivoca, voy a destinar esos recursos al transporte y a los más chicos”.
“Pienso estar muy poco en el despacho, porque poco confunde más que alejarse de la realidad. Pienso caminar la ciudad cada uno de los días de mi mandato. Necesito asumir con ustedes, que me acompañen en el enorme esfuerzo que va a significar poner arriba a Rosario, tengo 48 años y si no recuerdo mal la primera vez que soñé con ser intendente estaba en el colegio primario”, recordó.
En otro tramo de su alocución, Javkin llamó a “unir” a la ciudad. “El mundo y el país están llenas de divisiones, de odios y se imponen ideas viejas, cerradas y descalificadoras, los rosarinos somos bien distintos, los rosarinos tenemos la sensación de que al otro lo conocemos de algún lado, y uno de los grandes desafíos es percibir la bondad del otro para recuperar la vecindad”.