Se trata de una iniciativa que funciona en otras ciudades del mundo donde voluntarios se ofrecen a arreglar artefactos gratuitamente
Se trata de una iniciativa que funciona en otras ciudades del mundo donde voluntarios se ofrecen a arreglar artefactos gratuitamente
Por Diego Carballido
El grupo de ex alumnos de la escuela Técnica Nº 342 “Luis Pasteurs” mantiene un vínculo muy estrecho con la institución. Se conformaron como una asociación civil con el objetivo de poder realizar actividades que ayuden a mejorar las condiciones de la escuela de Superí al 2400 y también orientar, en sus primeras experiencias en el mundo laboral, a quienes se reciben de técnico electrónico.
A partir de la conformación de este grupo fue que surgió la idea de armar un Club de Reparadores, que es la primera de las experiencias de este tipo en Rosario ya que la idea ya se implementa en otras ciudades del mundo. Durante los eventos organizados por el Club de Reparadores las personas llevan diferentes artefactos que habían quedado obsoletos para que sean reparados de manera gratuita.
Héctor Pérez forma de parte de la asociación civil conformada por ex alumnos de la Técnica Nº 342 y en diálogo con CLG amplió sobre la iniciativa: «Nos pareció una buena idea que los chicos que se reciben puedan ser potenciales reparadores, en un marco de solidaridad y voluntad. La idea es crear un grupo con alumnos y ex alumnos que sean capaces de reparar diferentes cosas».
«Esto no es exclusivo para ex alumnos, porque queremos formar parte de la red que tiene el Club de Reparadores en diferentes ciudades y para eso vamos generar vínculos con otras asociaciones u otros voluntarios que quieran sumarse», aclaró Pérez.
Para poder realizar uno de los eventos que el Club organiza, este grupo de ex alumnos recibió una capacitación de parte de quienes forman parte, en Buenos Aires, de los voluntarios reparadores. “Hace unos días vinieron a la escuela para explicar cómo ellos arman los eventos y nos transmitieron los lineamiento para poder armar una jornada que ya estamos planificando para el año que viene», contó Pérez.
Los Clubes de Reparadores suelen organizar jornadas en algún lugar público, puede ser una plaza o una escuela, donde los vecinos de la zona y todas las personas que se acercan llevan sus artefactos fallados a una serie de tablones dispuestos para la ocasión para que los voluntarios puedan repararlos.
«Nosotros llevamos las herramientas y se convoca a los vecinos para que puedan acercar sus aparatos para reparar, que pueden ser desde un velador hasta una máquina de coser», explicó Pérez y adelantó que para el comienzo del año que viene ya están planificando realizar la primera de estas experiencias.
Para Pérez, «se trata de compartir saberes», y también «la actividad tiene un impacto ecológico por la cuestión de reutilizar objetos que estaban obsoletos y eso reduce la cantidad de basura».
«Queremos que las personas que participen puedan potenciar saberes y trabajar en red con otros», dijo Pérez.