Federico Alberto Aranda fue condenado por el femicidio de Nadia Benitez, ocurrido en 2017
Federico Alberto Aranda fue condenado por el femicidio de Nadia Benitez, ocurrido en 2017
Un hombre fue condenado a la pena de prisión perpetua, acusado de haber asesinado a golpes a su novia durante una discusión e intentar simular que había muerto al caer desde la planta alta de su casa, informaron fuentes judiciales.
La sentencia fue dictada por el tribunal conformado por los jueces Roman Lanzon, Ismael Manfrin y Mariano Aliau tras un juicio oral en el que fue condenado Federico Alberto Aranda (31) por el delito de «homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar violencia de género, en calidad de autor», en perjuicio de Nadia Benitez (32).
La condena coincidió con lo que había solicitado durante su alegato el fiscal del juicio, Adrián Spelta.
«Se pudo acreditar a lo largo de todo el proceso que la víctima había sido víctima, no de este hecho como algo aislado, sino que venía sufriendo la violencia durante toda su vida», señaló en conferencia de prensa Spelta, quien es Fiscal de la Unidad de Homicidio Dolosos.
El hecho se registró el 5 de febrero de 2017 cerca de las 3.30 de la madrugada en el patio de una vivienda de pasaje Einstein 5730, donde Nadia fue encontrada asesinada sobre un charco de sangre junto a su pareja, quien la sostenía en brazos en el suelo.
Según los testimonios recabados en la investigación, esa noche Nadia y Federico fueron a cenar a la casa de una pareja amiga a la que él ya llegó ebrio, allí consumió más alcohol y a las 2 de la mañana se retiraron de imprevisto luego de una discusión entre ellos.
Al arribar a su domicilio, la pareja tuvo una nueva discusión en el patio que terminó con la muerte a golpes de Nadia.
El relato que ensayó el imputado en los primeros momentos del hecho señalaba que la joven se había caído desde un balcón situado en la planta alta de la casa.
Sin embargo, la autopsia al cadáver de la víctima arrojó como resultado que la joven murió producto de varios golpes en la cabeza y la cara que le provocaron tres fracturas en la mandíbula y una en la base del cráneo sobre la nariz y los dos huesos temporales.
«Se dio por comprobado durante el proceso que la mujer no se había arrojado como decía el imputado», indicó el fiscal.
«La víctima debió haber hecho una acrobacia tal que era de imposible producción para una su altura y su peso, y para caer de la forma que debió haber caído para lastimarse en la frente y quedar ubicada como se la encontró», finalizó.