La Justicia Federal comenzó a considerar la apelación presentada por la defensa del ex mandatario, quien fue condenado por "corrupción pasiva"
La Justicia Federal comenzó a considerar la apelación presentada por la defensa del ex mandatario, quien fue condenado por «corrupción pasiva»
Una corte de apelaciones de la ciudad de Porto Alegre comenzó hoy a analizar la apelación del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva a una condena por 12 años y 11 meses de prisión por las reformas que la constructora Odebrecht hizo en una casa quinta que frecuentaba el líder opositor y que habrían formado parte de una red de desvíos en la empresa Petrobras.
El Tribunal Regional Federal 4 de Brasil inició, con transmisión televisiva, el análisis de la apelación a la condena, la segunda que recibió Lula en el caso de la Operación Lava Jato.
El caso está vinculado a las reformas que Odebrecht y otras constructoras realizaron en una casa quinta de la ciudad de Atibaia, en el interior del estado de Sao Paulo, propiedad de Jacó Vitar, un amigo de Lula que le prestó el lugar para pasar los fines de semana una vez terminada su gestión.
Lula fue condenado en diciembre del año pasado por corrupción pasiva por considerar la jueza Gabriela Hardt que esas reformas formaron parte de una contrapartida por contratos billonarios de estas empresas con la estatal Petrobras, tal como acusó la fiscalía de la Opración Lava Jato.
Hardt fue acusada de copiar la sentencia de su antecesor, Sérgio Moro, hoy ministro de Justicia de Jair Bolsonaro, para condenar a Lula por las reformas.
El tribunal de Porto Alegre, que en general estaba alineado con el Lava Jato, fue uno de los que cuestionó fallas profesionales en las sentencias de Hardt.
Incluso, Lula puede ser beneficiado en esta apelación con que el caso vuelva a ser juzgado a raíz de que no se cumplieron los pasos procesales correctamente: la Corte Suprema acusó al juez Moro de haber ocultado a las defensas en las alegaciones finales la versión de los delatores, piezas claves en la acusación.
Lula fue liberado el 9 de noviembre pasado luego de 580 días en prisión debido a que el Supremo Tribunal Federal decidió que deben estar presos los condenados que hayan agotado todos los recursos de apelación.
Esa detención fue en la causa que investiga la entrega de un departamento en la ciudad de Guarujá por parte de la empresa OAS, y fue resuelta por Moro en 2017, con lo cual inhabilitó a Lula para ser el candidato que enfrentara a Bolsonaro en octubre pasado.