Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
Efectivo, paciente, intenso, son algunas de las características que tuvo el Central de Diego Cocca para quedarse con la victoria ante Aldosivi. Pero sin dudas la más elogiable fue que demostró ser un equipo responsable. Es que siempre supo que tenía una obligación y la cumplió: ganar el partido.
Central cosechó la tercera victoria al hilo. Le ganó por primera vez a un rival directo y lo más importante que logró en la noche del lunes es que terminará el año alejado de la zona roja.
Jugó de menor a mayor. Al principio le costó demasiado, pero en el complemento hizo pesar la diferencia de categoría de sus individualidades y puso la cosa a su favor. El rival luchó hasta donde pudo y demostró por qué está en zona de descenso.
Sin dudas algo para destacar fueron que cuatro de los cinco goles que marcó el Canalla fueron obra de los refuerzos que llegaron en el receso. Y más allá de que no tuvo un rendimiento para destacar el hecho de que Sebastián Ribas haya convertido le puede venir bien de cara a lo que queda del torneo.
La cuestión negativa de la noche fue la salida temprana de Nicolás Colazo. El defensor demostró que no estaba para jugar. Es que desde antes de la lesión se notó que no estaba al ciento por ciento. Para colmo su salida expuso aún más al entrenador quien incluyó a Facundo Almada en ese sector. El juvenil, que después de redimió con un gol, evidenció sus falencias para jugar como lateral.
Central ganó, sumó así su tercera victoria en fila y demostró que está transitando el mejor momento de la Superliga. Un premio a la paciencia del cuerpo técnico que en su momento vio algo que nadie pudo observar: que iba a revertir la situación.