Por Mario Luzuriaga
Juan Martín Rago es Jey Mammon, uno de los humoristas más queridos por el país gracias a su estilo tan personal. Su personaje de «Estelita» fue lo que lo catapultó a la fama y de ahí no paró más.
Hizo sus shows entrevistando a una grandes famosos y les preguntaba de todo, al borde de exponer sus más íntimos secretos, pero todo desde un único lugar: el humor.
Hoy por hoy Jey está con mucho trabajo debido a sus presentaciones en teatros, la actuación y la radio; pero este fin de semana se despide de su show junto a la sexóloga Alessandra Rampolla en Rosario.
A primera vista, parece que hubiesen juntado el agua y el aceite, pero en realidad la combinación es perfecta, ya que Alessandra educa a la gente para que tengan una gran experiencia sexual, y por su parte Jey hace que la gente pueda dejar sus prejuicios y hacer florecer sus fantasías a través del humor.
En diálogo con CLG, Jey habló sobre su actualidad, su show y su vida. «Estoy muy contento de volver a Rosario, la pasamos muy bien, y es un espectáculo que no será igual que el anterior y lo bueno es que también cerramos la gira», inició el humorista.
—¿Cómo combinan el sexo con el humor?
—Es necesario que pase eso, porque el humor te libera de los prejuicios, «Estelita» me sirvió como caballito de batalla para hablar de ciertas cosas y que el humor y la peluca te ayudan un poco más. Estamos en época de crisis, si no le ponemos humor ni sexo o sexo con alegría, siento que es la salvación. Me parece que hacer sexo con humor es fabuloso, sobretodo a la hora de hablarlo, muchos tienen vergüenza o se inhiben, el humor es romper con todo eso. Alessandra es la que sabe y Estelita le pone toda su gracia y rompe todo.
— Alessandra comenta que logras descolocarla con tus comentarios durante el show.
—Es un encuentro de amigos que nos queremos un montón y así surgió el espectáculo. Surgió en una comida de hacer este show, ya que hubo mucha química cuando yo la entrevisté como «Estelita», nos entendemos mucho. Me emociona mucho que podés hacerte amigo de gente a quien admirás, me pasó lo mismo con «Pimpinela». Está bueno que la gente aproveche la sabiduría que tiene Alessandra.
—¿»Estelita» te ayuda a poder interpelarte?
—Sí, claramente. Hay cosas de ella que me gustaría tener y hay cosas que no. Pero a la vez linkeo lo que me dijiste sobre la relación que hay entre Alessandra y yo arriba del escenario, ella está en un lugar donde no le corresponde y esto está buenísimo. Y volviendo a la interpelación de «Estelita», me interpela todo el tiempo y me obliga ir más allá, es un desafío constante; me obliga a no estar detrás de ella.
—Has entrevistado a muchas personalidades y han confesado cosas impensadas. ¿Pensaste en algún momento que «Estelita» entreviste a Jey?
—Sí lo pensé y lo hice para gráfica, pero me gustaría hacerlo en video como lo hizo Maradona en su momento. Lo máximo que pude hacer fue «Estelita» en la pantalla y yo en el escenario y viceversa. Estaría buenísimo montar algo así, pero a «Estelita» le gustaría más montarse a Diego (risas).
—Sos un humorista y haces reír al público ¿Qué te hace reír a vos?
—Me divierte lo que no es concebido como humor. Me gusta hacer zapping en la tele y encontrarme con programas que no son de humor, pero que me hacen reír mucho. Lo bizarro, lo absurdo, las situaciones que pasan en algún programa serio, por ejemplo. Me gustaba mucho ver programas como «Cha Cha Cha», los «Monty Python» o «Benny Hill». Yo soy medio difícil para reírme, y no es de que me la creo, sino de hincha pelotas; me pasa con amigos.
—Buenos Aires es una ciudad grande y el público es más abierto. ¿Qué pasa cuando te encontrás con una ciudad de provincia?
—Es una remada porque es difícil para hacer hablar al público, la famosa frase «pueblo chico, infierno grande», es terrible, pero se divierten tanto que después se relajan y se divierten mucho.