Venezuela anunció que retiró las credenciales de los agregados militares de Bolivia en Caracas y que les dio 72 horas para que abandonen el país en respuesta al rol de las Fuerzas Armadas bolivianas en la crisis que terminó con la renuncia y el exilio del presidente Evo Morales y denuncias de golpe de Estado.
En un comunicado, la Cancillería venezolana dijo anoche que informó a la embajada de Bolivia en Caracas de su decisión de «retirar las credenciales al personal de la agregaduría militar», por cuanto solicita la salida de estos funcionarios «en el plazo de las próximas 72 horas».
El Ministerio de Relaciones Exteriores justificó esta decisión señalando que «guarda correspondencia con el papel jugado por el alto mando de las Fuerzas Armadas» bolivianas en los sucesos que llevaron al presidente Morales a presentar su renuncia forzado por policías y militares el pasado 10 de noviembre.
«En ningún caso supone una valoración individual de los soldados bolivianos, por quienes Venezuela reitera el mayor de los respetos», agregó el comunicado, citado por medios locales y la agencia de noticias EFE.
Las relaciones entre Venezuela y Bolivia se enturbiaron la semana pasada cuando el gobierno interino de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez rompió relaciones con la administración del presidente Nicolás Maduro y ofreció respaldo al jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó.
Entonces, el gobierno de Áñez denunció que venezolanos vinculados con la embajada de ese país en La Paz estaban «atentando contra la seguridad interna» en Bolivia.
Esta decisión supuso el quiebre de los lazos entre Venezuela y Bolivia, que sentaron hace más de una década Morales y el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013).
Maduro, en el poder desde 2013, se ha erigido como uno de los principales defensores de Morales a nivel internacional, al tiempo que pide su restitución en el cargo e insiste en que su derrocamiento fue producto de «un golpe de Estado».
La semana pasada invitó a los militares bolivianos a tener «conciencia de lo que están haciendo y lo que van a hacer», y reiteró que Morales es todavía el «comandante en jefe por orden constitucional y voto del pueblo», por lo que insistió en que debe ser restituido en el cargo.