El Premio Nobel de Economía 2015, Angus Deaton, destacó hoy la necesidad de contar con un «Estado activo» para poder luchar contra la pobreza y advirtió que la ayuda externa «socava» la capacidad de las naciones de poder luchar de manera efectiva contra este flagelo.
Deaton brindó una conferencia en el Centro Cultural Provincial Paco Urondo de la ciudad de Santa Fe, bajo el título “Salud, riqueza y desigualdad. Políticas para salir de la pobreza”, basada en su libro «El gran escape».
Según su teoría, no es una buena solución depender de los aportes externos y una de las razones es que «los pobres del mundo no pueden permitir que su sanidad sea administrada para siempre desde el extranjero», ya que «lo que falta en estos países no es dinero».
Deaton sostuvo que sin «Estados efectivos que se desarrollen con ciudadanos activos e involucrados son pocas las probabilidades de lograr el crecimiento que se requiere para abolir la pobreza».
El economista advirtió que los países más desarrollados «empeoran las cosas» y que «la ayuda externa socava el desarrollo de la capacidad de los Estados» de naciones pobres.
Acompañado por el periodista y economista Marcelo Zlotogwiazda como moderador, el profesor de la Universidad de Princeton consideró que esa situación se hace «más obvia» en países donde los gobiernos reciben ayuda directa externa en gran cantidad.
Para Deaton, «la gente pobre necesita un Estado para tener mejores vidas» y en esa línea consideró que «la ayuda externa está llena de consecuencias» y socava «precisamente lo que la gente pobre más necesita: un Estado efectivo que funcione para ellos hoy y mañana».
El título de su libro El Gran Escape fue tomado de una película que le significó la consagración a Steve McQueen (La gran evasión, 1963) y según explica Deaton, la cinta «está basada en la historia real de personas que escaparon de un campo para prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial a través de túneles que cavaron».
«Por supuesto que no todos lograron escapar, por lo que muchas personas se quedaron atrás y esto creó mucha desigualdad», graficó.
Al referirse a su libro, el economista sostuvo «que hubo grandes escapes en los mayores episodios del progreso humano y que los más obvios son los que permiten salir de las dificultades materiales, la mala gestión de la salud y de la muerte prematura».
Profundizó en la idea que, tal como se puede observar en la película de Steve McQueen, en muchos pasajes de la historia «solo algunos» lograron ese escape, por lo cual «muchos quedaron detrás».
Esta imagen visual es -a su criterio- lo que revela la naturaleza del problema: «El progreso no se da por igual y en ese sentido es uno de los grandes generadores de desigualdad, a pesar de que es muy difícil reprochar este tipo de desigualdad».
Para Deaton, que unos puedan escapar y otros no, no convierte al mundo en un lugar peor.
También sostuvo que «hay desigualdad mala», que provoca desánimo en las personas, pero también hay una «desigualdad buena, que estimula y convence a la gente de que es posible buscar y alcanzar» un bienestar.
Diferenció además lo que denominó como «una desigualdad justa y una injusta». Puso como ejemplo del primero de los enunciados a quienes «triunfan en base a trabajo, esfuerzo e innovación en favor del mundo». Como caso contrario se refirió a quienes enriquecieron por «medios dudosos».
La disertación de Deaton se dio en el marco del programa provincial Santa Fe Debate Ideas, en esta ocasión con el apoyo del Consejo Federal de Inversiones (CFI).