Cuarenta y dos gimnastas revelaron haber sufrido abusos sexuales por parte del ex técnico de la selección brasileña, Fernando de Carvalho Lopes, tras una investigación iniciada en 2016 por la denuncia de una atleta menor de edad a la que entrenaba.
A partir de esa presentación, la Justicia tomó declaración a 80 atletas, de los cuales 42 -incluyendo adolescentes y hombres- revelaron casos de abusos, informó la cadena Globo de Brasil.
La investigación que disparó ese episodio encontró obstáculos ante el temor de los involucrados a contar sus casos, aunque el juez a cargo, Luis Marcelo Mileo, hizo saber que reclamará duras condenas.
El primero en declarar fue Petrix Barbosa, oro en los Juegos Panamericanos de 2011 y diez veces campeón nacional, quien dijo a los medios brasileños que lamenta haber demorado tanto tiempo en hablar.
La mayor parte de los abusos, indica el reporte, fueron cometidos en el centro técnico del Movimiento de Expansión Social Católica (Mesc), club de gimnasia de la ciudad de San Bernardo do Campo, en San Pablo.
La situación en Brasil cambió tras conocerse las condenas en Estados Unidos contra Larry Nassar, médico de la selección de gimnasia local.
Nassar fue condenado a una pena mínima de 40 años de prisión y a una máxima de 175 años por haber abusado sexualmente de más de cien atletas, jóvenes y adultas, durante las dos últimas décadas.
Luego del testimonio de Barbosa se supo de «un asedio físico y moral a base amenazas y abusos sexuales que avanzaba sistemáticamente» y se mantuvo durante quince años, entre 2001 y 2016, según los relatos acumulados.
El entrenador «intentaba tocarme todos los días, podían imaginar la sensación de ahogo y presión psicológica que sentí dado que cuando todo empezó tenía sólo diez años», relató Barbosa.
«Me espiaba, quería bañarse conmigo y dormir en la misma cama. No sé cuántas veces me desperté y estaba junto a mí, tampoco sé cuántas veces introdujo sus manos en mi ropa», agregó.
El atleta brasileño aseguró que intentó reaccionar ante el acoso de Carvalho Lopes, «pero no todos lo hicieron».
«Cuando lo reencontré en la selección, su presencia me incomodó a tal punto que no logré clasificarme a las Olimpíadas. Pero encontré el coraje de decirle que un día lo denunciaría. Me respondió que estaba casado y tenía dos hijos», contó Barbosa.