Los desbordes del río Pilcomayo, en el oeste formoseño, causaron “la pérdida definitiva de más de una docena de infraestructuras equipadas, sobre todo escuelas» y también «centros de salud, 40 kilómetros de redes eléctricas y 600 viviendas”, según un balance preliminar divulgado hoy.
Las autoridades estiman que aún permanece desplazado de sus hogares un millar y medio de personas, mayoritariamente aborígenes, que fueron relocalizados y reciben asistencia en un centro transitorio, en tanto unas 70 familias criollas se autoevacuaron a la zona de Cienaguito.
El diputado provincial Roberto Vizcaíno destacó las obras de defensa y correderas para controlar el avance de las aguas desde hace varias semanas en el límite entre Argentina y Paraguay y sectores cercanos al bañado La Estrella, del interior formoseño.
En la zona donde residen las comunidades aborígenes se perdieron «al menos doce escuelas y un par de centros de salud, además de 38 kilómetros de líneas eléctricas, y extensiones de caminos» que ahora reconstruyen «de manera progresiva”, dijo Vizcaíno.
Las inundaciones de los departamentos más alejados, a unos 600 kilómetros de la ciudad de Formosa, fueron «de tal proporción que el agua estuvo 4,50 metros por sobre el terreno natural y contenido por las defensas”, pero logró sobrepasarlas “por la enorme presión ejercida sobre algunas secciones de las barreras”, describió el legislador.