El conductor del camión frigorífico en el que se hallaron los cadáveres de 39 inmigrantes, Maurice Robinson, fue imputado este sábado por homicidio. Las autoridades presentaron 39 cargos para el joven de 25 años originario de Irlanda del Norte.
Robinson, cuya identidad fue confirmada este sábado, fue detenido tras descubrirse los cuerpos el miércoles y ahora se lo acusa de estos homicidios y de los delitos de conspiración para tráfico de seres humanos, conspiración para ayudar a la inmigración ilegal y por blanqueo de dinero. El lunes 28 comparecerá en el tribunal de Chelmsford, informó la prensa británica, citada por la agencia de noticias Europa Press.
Otro norirlandés de 23 años detenido este mismo sábado en el puerto de Dublín está igualmente siendo investigado por la policía de Essex por estas muertes. Fue arrestado por un delito ajeno a los hechos, pero tras su detención se descubrió su posible implicación.
Otros tres irlandeses eran interrogados por la policía de Essex, incluido un norirlandés de 48 años detenido el viernes en el Aeropuerto de Stansted y que supuestamente conocía a Robinson. Un matrimonio de 38 años fue detenido en Warrington, Inglaterra, ayer poco antes del amanecer.
Mientras, la embajada vietnamita informó hoy que no tiene confirmación oficial de la identidad y nacionalidad de los muertos, dado que en principio se habló de que serían «de origen chino» pero más de uno (31 hombres y ocho mujeres) podrían haber sido vietnamitas.
El embajador habló con el Ministerio del Interior británico y mantiene contacto con los agentes que intentan identificar a las víctimas. «Según la policía de Essex, la identificación y nacionalidad de las víctimas sigue siendo investigada. La embajada de Vietnam y los organismos británicos pertinentes declararon su voluntad de intercambiar información y coordinarse para facilitar la identificación de las víctimas», apuntó la legación diplomática.
Los 38 adultos y un adolescente encontrados en un parque industrial de Grays (condado de Essex, a unos 32 kilómetros al este de Londres) eran, en su mayoría, recolectores de arroz en su provincia natal de Nghe An, convertida en centro de tráfico de personas en el país desde que hace dos años fue escenario de uno de los más grandes desastres medioambientales de la historia del país, provocado por la metalúrgica taiwanesa Formosa Plastics con un vertido que contaminó las aguas de la costa y acabó con la pesca.
Otras víctimas parecen proceder de la cercana provincia de Ha Tihn, principio de un éxodo que se ha prolongado durante los primeros ocho meses de este año, durante los que 41.000 personas abandonaron la región para buscar trabajo.