Para la mayoría de las personas, no es conocida la diferencia que existe entre un tumor y un quiste. En ambos casos, se trata de un bulto que aparece en alguna parte del cuerpo y por lo general, enciende las alarmas por estar asociado, para el común de la gente, a un proceso de cáncer.
Es común cree que la diferencia entre un quiste y un tumor es que el primero es benigno e inofensivo, mientras que el segundo es maligno y fatal. Pero eso no es cierto. Ambos pueden ser peligrosos o no traer consecuencias.
Una de las principales diferencias entre ambos es la causa que los provoca. También, por supuesto, su composición y su curso. Aunque ambos son, a veces, muy similares en su apariencia, lo cierto es que tienen una naturaleza y unas implicaciones diferentes entre sí.
Los quistes
Los quistes son bolsas o sacos que contienen un material gaseoso, líquido o semi-sólido, el cual está rodeado por una membrana. Lo más frecuente es que aparezcan de forma espontánea y, muchas veces, desaparecen de la misma manera. Habitualmente, se forman por la obstrucción o infección de alguna glándula.
Tipos de quistes más comunes:
- Quistes mamarios: son bolsas llenas de líquido que aparecen en los senos y que se mueven fácilmente por debajo de la piel. Si los quistes en una misma mama son muchos, entonces se habla de enfermedad fibroquística mamaria.
- Quistes foliculares: son bolsas que se forman en los folículos pilosos y que, generalmente, contienen queratina. Casi siempre se forman en el cuero cabelludo.
- Quistes epidermoides: son los quistes que se forman en la epidermis, básicamente en el tórax, la espalda, el cuello y el escroto.
- Quistes ováricos: se forman en los ovarios, generalmente, durante la ovulación. A veces, pueden causar dolor y molestias.
- Quistes hepáticos: se forman en el hígado.
- Quistes renales: se sitúan en los riñones.
Los quistes tienen diferente tamaño. A veces, no son más grandes que la punta de un alfiler y, otras veces, llegan a tener el tamaño de una pelota de baloncesto. Los más peligrosos son los más grandes, por el daño potencial que pueden causar a los órganos cercanos.
Los tumores
Los tumores son abultamientos que surgen por la división y crecimiento descontrolado de algunas células. Estas se acumulan y forman esos bultos o grumos, que se convierten en tumores, también llamados neoplasmas.
Los tumores pueden ser el resultado de alguna enfermedad, problemas relacionados con el sistema inmune, consumo de alcohol o tabaco, exposición prolongada al sol, contacto con determinadas toxinas o químicos, radiación, obesidad, virus y otros factores.
Pueden ser benignos, premalignos o malignos; es decir, no cancerosos, precancerosos o cancerosos, respectivamente.
Los principales tipos de tumores:
- Lipomas: son tumores que se forman con células grasas, se sitúan debajo de la piel y son blandos. Casi siempre son benignos y, generalmente, aparecen en personas de más de 40 años.
- Fibromas: se forman en los tejidos fibrosos o conectivos, muy frecuentemente sobre el útero o alrededor de este. Son tumores benignos.
- Adenomas: se forman en la capa que recubre los órganos y las glándulas. Están compuestos de tejido epitelial glandular. Generalmente, son benignos.
- Malignos: pueden formarse en cualquier parte del cuerpo. Son tumores cancerosos.
Diferencia entre un quiste y un tumor
Como se ve, la diferencia entre un quiste y un tumor viene dada por varios factores. El primero de ellos es la causa. Mientras que los quistes se forman, generalmente, por la obstrucción o infección en una glándula, los tumores son el resultado del crecimiento desmesurado de un grupo de células.
Así mismo, mientras los quistes, generalmente, contienen aire, líquido o una sustancia semi-sólida, los tumores son masas sólidas de tejido. Casi todos los quistes son benignos, pero el cáncer también da lugar a la aparición de un importante número de quistes. Los quistes que contienen material sólido pueden ser cancerosos.
Otra importante diferencia entre un quiste y un tumor es que los primeros suelen presentar movilidad. Es decir, se pueden desplazar de uno lugar a otro solo con tocarlos. Los tumores, en cambio, se presentan como una masa rígida, que es firme y no se puede mover; parece como si estuviera ‘agarrado’ al organismo.
Tanto quistes como tumores pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y exigen una valoración médica. La peligrosidad de unos u otros depende de varios factores y, por eso, es necesario llevar a cabo las pruebas del caso para establecer un diagnóstico.
Con información de Mejor Con Salud