La cadena de supermercados tucumana Luque cerró hoy sus sucursales y despidió a 1.200 empleados, a quienes les ofreció pagar solo el 60 por ciento de las indemnizaciones y en cuotas.
Se trata de unos veinte locales ubicados en las provincias de Tucumán, Santiago del Estero, Salta y Catamarca.
La empresa ya adeudaba salarios correspondientes a agosto y septiembre, aunque en algunos casos también de junio y julio, por lo que ya había conflicto con los trabajadores.
En ese escenario, la firma ofreció a los empleados pagar poco más de la mitad de las indemnizaciones y en trece cuotas.
Por la crisis económica y la imposibilidad de hacer frente a deudas y gastos, la oferta fue aceptada por los trabajadores tras debatir diferentes alternativas en asamblea.
En diálogo con C5N, el trabajador despedido Javier Martínez subrayó su preocupación por la posibilidad de que «no alcance para poder comer» y señaló: «No sé cuánto tiempo podemos mantener esta situación».
«Uno se puede sacrificar. Lo que duele es que se sacrifique el resto de la familia», aseguró, y afirmó que en la actualidad el trabajo al que puede «acceder» no llega a «cubrir las necesidades».
En ese sentido, analizó: «Hay algunas personas que pueden tener más espalda que otras para aguantar la situación».
Algunos trabajadores aseguran que todavía no recibieron ninguna carta de despido, por lo que se encuentran a la espera de la confirmación.
Aclararon que si bien algunas sucursales aún no cerraron sus puertas, no se concretan ventas ni hay mercadería disponible para ofrecer al público.
Según medios locales, todavía no se dio una confirmación formal por parte de las autoridades de la empresa respecto de la posibilidad de vender la cadena, que surgió como una distribuidora de bebidas.