El violento estallido desatado en Chile, que hasta el momento dejó un saldo de 15 muertos, 84 personas heridos por armas de fuego y 1420 detenidos; la abrupta suspensión del recuento provisorio en los comicios de Bolivia y el anuncio del triunfo de Evo Morales; y los incidentes que hace algunas semanas mantuvieron en vilo a Ecuador, preocupan a todos los dirigentes políticos del continente.
Mientras que referentes de la izquierda como Rafael Correa, en Ecuador, y Evo Morales, en Bolivia, se han llamado al silencio al estar ocupados en los diferentes conflictos que sacuden a sus países, o hasta incluso el propio José «Pepe» Mujica no ha dado declaraciones por su atención a las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo domingo en Uruguay, las declaraciones del líder venezolano Nicolás Maduro sobre la violencia en Chile despertaron suspicacias, al referirse a los movimientos izquierdistas agrupados en el denominado Foro de Sao Paulo.
«El foro de Sao Paulo, podemos decir desde Venezuela que estamos cumpliendo el plan. El plan va como lo hicimos, va perfecto. Ustedes me entienden. El plan va en pleno desarrollo, victorioso. Todas las metas que nos hemos propuestos las estamos cumpliendo una por una. Vamos mucho mejor de lo que pensábamos, y todavía lo que falta. No puedo decir más», manifestó Maduro.
Estas declaraciones incrementaron las sospechas de que la agitación social que estremece a los países latinoamericanos está siendo promovida por Cuba y Venezuela, en acciones coordinadas a través de la controversial alianza de movimientos socialistas.
De esta forma, una de las primeras funcionarias argentinas en opinar al respecto fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien consideró que existe «una insurrección con carácter cuasi terrorista» contra el presidente del país trasandino, Sebastián Piñera.
Además, se refrió a las víctimas fatales por los enfrentamientos con la policía local y opinó que «cuando hay una rebelión como la que hubo en Chile va a haber muertos, es inevitable».
Por otra parte, Bullrich cuestionó los incidentes que un grupo de manifestantes produjo frente al consulado chileno en Buenos Aires y responsabilizó a «la izquierda, la CTA y la CTEP» por los hechos.
Quien también criticó estos disturbios en la Argentina fue el canciller, Jorge Faurie, que afirmó que «hay como un manual que alguien lee sobre cómo hacer este tipo de manifestaciones».
«Es un afán destructivo con manifestaciones anárquicas. Ni siquiera veían de quién era la cámara (de los canales de televisión que estaban en el lugar) y lo pateaban de manera criminal. Fue muy cruel y mostró una técnica peculiar de enfrentarse a los periodistas», señaló el funcionario.
Para Faurie, en varios países de América Latina «hay gente organizada» para «generar situaciones de extrema violencia» y «desestabilizar a los procesos políticos».
Por su parte, el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto, consideró que existe «un proceso de desestabilización en la región con injerencia venezolana-cubana» detrás de las protestas sociales.
El compañero de fórmula del presidente Mauricio Macri resaltó que «lo que está pasando» en Chile fue motivado por «algo muy nimio», pero «sin embargo ha derivado en desórdenes de envergadura».
«Hay un conjunto de acontecimientos que tienen un eje: la desestabilización de los países de la región. Parecería que hay injerencia venezolana-cubana. Se perciben grandes convulsiones políticas y de reclamos sociales», sostuvo Pichetto en diálogo con Radio Mitre.
En contrapartida, el candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, se refirió a las represiones en Chile, con quince muertos, y al estallido social en ese país desencadenado tras el aumento de tarifas en el subte y se preguntó, en una crítica al gobierno de Cambiemos, «qué hubiera dicho Macri si esto hubiera pasado en la Venezuela del presente».
«Piensen que esto hubiera pasado en Venezuela del presente, ¿qué hubiera dicho la Argentina, qué hubiera dicho el mundo?, ¿qué hubiera dicho Macri? Hago esta reflexión para que veamos cómo manipulan nuestra cabeza. No todo está medido con la misma vara», dijo el candidato a presidente del Frente de Todos en diálogo con C5N.
Añadió: «¿Somos conscientes los argentinos lo que toleramos con Macri? Toleramos aumentos del 1.000 por ciento en tarifas. Hay que preguntarse muchas cosas. ¿Cómo dejamos que esto sucediera? Tal vez Dujovne tuvo un gesto de franqueza intelectual cuando dijo que era la primera vez que había un ajuste así sin repercusión social. Nos pusieron las tarifas en término de dólar. Cuánta responsabilidad hay en analistas y medios que aplacaron todo esto y permitieron que esto ocurra».
A su vez, el bloque de diputados nacionales del FPV-PJ expresó su «profundo rechazo» a la represión en Chile, donde se desarrollan protestas y violentos enfrentamientos.
A través de un comunicado, el bloque que preside Agustín Rossi expresó su «solidaridad con el pueblo chileno, como así también el profundo rechazo a las prácticas represivas decretadas por el gobierno de Sebastián Piñera, haciendo retroceder al país y a la región 40 años atrás».
Desde el bloque @DiputadosFPV_pj queremos expresar nuestra solidaridad con el pueblo chileno, como así también el profundo rechazo a las prácticas represivas decretadas por el gobierno de Sebastián Piñera, haciendo retroceder al país y a la región 40 años atrás.
— Agustín Rossi (@RossiAgustinOk) October 22, 2019
«Las manifestaciones de las últimas semanas, hoy en Chile, antes en Ecuador, tiene un común denominador: el cansancio del pueblo a las recetas económicas neoliberales que lo único que generan es más desigualdad», enfatizaron los legisladores.
En ese sentido, los diputados agregaron: «Estamos del lado de la paz, del respeto, y esperamos en lo inmediato una convocatoria al diálogo interno para que cesen las muertes, torturas y detenciones arbitrarias por parte del gobierno chileno».
Asimismo, llamaron a acercarse «definitivamente a un modelo de desarrollo humano regional en pos de disminuir las desigualdades sociales».