Miles de personas se manifestaron hoy pacíficamente en Barcelona y otras ciudades de Cataluña, durante la séptima jornada de movilización activa -y la segunda sin disturbios- para exigir la libertad de los líderes del proceso de secesión de 2017, condenados a duras penas de prisión. Además, hubo movilizaciones frente a comisarías para protestar por quienes permanecen detenidos en relación a los disturbios de los últimos días -194 en toda Cataluña-, de las cuales 18 se encuentran ya en prisión provisional por decisión judicial.
También hubo múltiples cortes de ruta, en uno de los cuales, un joven de 19 años fue atropellado por un conductor que se fugó, y tuvo que ser trasladado al hospital con una fractura.
Tras un semana de graves disturbios que escalaron la tensión con el Ejecutivo de España, la violencia cesó durante el fin de semana, dando protagonismo a las movilizaciones pacíficas contra los duras penas de entre 9 y 13 años de prisión impuestas por el Tribunal Supremo español a los líderes del fallido proceso de secesión.
En la tarde, un millar de independentistas secundaron una convocatoria del movimiento «picnic por la República» que propuso lanzar bolsas de basura detrás de las vallas de la policía que bloqueaba las inmediaciones de la delegación del gobierno central en Barcelona. Algunas de la bolsas llevaban pegadas fotos de políticos, como el líder ultraderechista Santiago Abascal, el conservador Pablo Casado o Inés Arrimada, de Ciudadanos, aunque también escracharon al presidente catalán, Quim Torra.
Los manifestantes posteriormente marcharon por el centro de la ciudad condal hasta la sede de la jefatura de la policía nacional, en Vía Laietana, uno de los lugares donde la tensión suele escalar.
Pero, a diferencia de las jornadas previas, los manifestantes mostraron una actitud de calma y se limitaron a permanecer sentados o de pie lanzando consignas. Pasaron varias horas cantando y gritando lemas como «las calles serán siempre nuestras», «Viva Cataluña libre» o «Fuera las fuerzas de ocupación». Algunos estaban tan distendidos que hasta sacaron una guitarra para cantar y bailar.
«Ayer hubo cuatro policías heridos; el viernes, 95; el cordón preventivo es la otra cara de la moneda de los grupos violentos», subrayó el responsable de Interior catalán, Miquel Buch, valorando positivamente la iniciativa ciudadana que permitió que la violencia de los últimos días bajara considerablemente.
Hoy no fue necesario ningún cordón, ya que los alborotadores prácticamente habían desaparecido.
En el marco de la tregua del fin de semana, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, reiteró su pedido a los presidentes del Gobierno español y catalán, el socialista Pedro Sánchez y el secesionista Torra, de que «dialoguen desde la responsabilidad, con empatía, respeto y sin maximalismos».
Torra visitó a los heridos- entre ellos un policía que está muy grave- y también telefoneó a Sánchez, pero el presidente no quiso atenderlo, según fuentes oficiales citadas por la prensa local.