El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó hoy en la Casa Blanca que es posible que viaje a Israel para el traslado de la embajada de su país a Jerusalén el próximo 14 de mayo, y se mostró «orgulloso» de la decisión.
«Puede que vaya (a Jerusalén para el traslado de la embajada)», dijo Trump en una rueda de prensa junto a la canciller alemana, Angela Merkel, en la Casa Blanca.
Trump prometió en diciembre trasladar la sede la de la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén y generó el repudio de la comunidad internacional que no reconoce ninguna soberanía en la ciudad hasta que israelíes y palestinos alcancen un acuerdo de paz.
El mandatario estadounidense se mostró «muy orgulloso» ya que (el traslado de la embajada a) Jerusalén «ha sido un tema que se ha prometido por muchos durante muchos años, todos hicieron promesas de campaña», al recordar que la propuesta había sido hecha también por algunos de sus predecesores en la Presidencia.
Actualmente, ningún país tiene embajada en Jerusalén, donde solo mantienen consulados, al entenderse que esto supondría una aceptación de facto de la soberanía israelí de la ciudad, cuya parte oriental es considerada por la comunidad internacional territorio palestino ocupado por Israel.
Aunque la Casa Blanca no ha confirmado su asistencia, medios israelíes han adelantado que la delegación estadounidense a Jerusalén estaría encabezada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, junto con la hija de Trump, Ivanka, y su esposo, Jared Kushner, ambos asesores presidenciales.
Desde que el mandatario estadounidense reconociera Jerusalén como capital de Israel y anunciara el traslado de su embajada, Honduras, Rumanía, Guatemala y la República Checa han declarado públicamente que seguirán sus pasos.
Los palestinos consideraron este acto una provocación que descalificó la Administración Trump como mediador honesto en el proceso de paz palestino-israelí.
Desde entonces, el presiente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, y otros representantes de la ANP se han negado a reunirse con el equipo negociador estadounidense.
Además, miles de palestinos salieron a las calles a repudiar la decisión en los llamados «viernes de ira», en los que murieron casi medio centenar de personas y más de 2.500 resultaron heridos.