Una investigación del Garrahan determinó la presencia de diversos problemas neurológicos en recién nacidos cuyas mamás llevan una alimentación sin carnes ni derivados
Por Gina Verona Muzzio
Los nueve meses que un feto pasa en el vientre materno y los primeros tiempos de vida de un bebé son claves en la formación y desarrollo del ser humano. Por ende, las carencias alimenticias que se dan en estas etapas son muy difíciles y a veces imposibles de revertir. Un estudio reciente del Hospital Pediátrico Garrahan demostró que los hijos de madres que siguen dietas veganas o vegetarianas tienen mayores riesgos de deficiencias graves y compromiso neurológico si no suplen la falta de la vitamina B12, que se incorpora a través de carne, leche, huevo y, en menor medida, legumbres.
La vitamina B12 es esencial para el funcionamiento normal del cerebro y el sistema nervioso. También para la formación de la sangre y varias proteínas. Su carencia, muy común en personas que siguen dietas veganas o vegetarianas, es una de las complicaciones más preocupantes durante los embarazos sin supervisión profesional. “Hay que empezar a dar mensajes que sean científicos, porque el veganismo no puede ser algo que pasa de boca en boca, que sea una moda, sin saber las carencias”, expresó Guillermo Scarinci, magíster en Nutrición, en diálogo con CLG.
El profesional analizó que una dieta vegana sin acompañamiento profesional genera problemas y agregó: “Durante el embarazo, también hay que tener cuidado con el alto consumo de vitamina A, porque en un alto porcentaje también causa efectos en la formación fetal”.
“Los nueve meses de embarazo son preciosos en el desarrollo del ser humano, no se pueden perder. Son fundamentales para que el ser humano tenga los nutrientes necesarios que después hay que ir completando con la lactancia materna”, explicó Scarinci a CLG.
“Los primeros tres meses la mujer no aumenta de peso, recién a partir del segundo trimestre es cuando empieza a subir y cuando hay que aumentar las calorías y los nutrientes, que hacen que dentro del útero se termine de formar el ser humano”, añadió.
El especialista en nutrición hizo referencia a lo que diferencia a los seres humanos del resto de los animales. “Nosotros como seres humanos, terminamos de formarnos fuera del vientre, no salimos caminando, ni hablando o gritando, como un caballo o una vaca”, indicó.
El estudio del Garrahan
La investigación realizada por profesionales del hospital pediátrico porteño se realizó teniendo en cuenta un grupo de lactantes, hijos de madres veganas, con déficit de B12 y compromiso neurológico grave. Los menores presentaban apneas, convulsiones, hipotonía, desconexión y retraso madurativo. El estudio determinaba además, que este grupo aumentó en los últimos años “de 0,85 casos por año, entre 2006 y 2013, a 3,5 casos por año, en el período 2016-2018”.
Los médicos a cargo del informe aseguraron que su objetivo principal es alertar a obstetras y pediatras para que consulten a las madres sobre su alimentación y puedan, en caso de que lleven adelante dietas veganas o vegetarianas, suplir la vitamina B12 desde antes de la concepción, durante el embarazo y la lactancia.
Alimentación variada y equilibrada
“El embarazo no es una patología, no es una enfermedad, pero tiene un compromiso con la formación de un ser. Entonces, si vos no tenés reservas durante el embarazo, tampoco las tenés durante la lactancia”, analizó Scarinci.
En este sentido, destacó que durante toda la vida es importante mantener una dieta equilibrada y con variedad de nutrientes. “Cuando vos sos joven, no pensás que necesitás reservas, para quizás enfrentar un embarazo en el futuro, una enfermedad o una injuria. Los jóvenes no se proyectan viejos, entonces parece que la alimentación vegana es algo de hoy y mañana y no generan las reservas necesarias para enfrentar estas cuestiones”, refirió.
Asimismo, el profesional de la nutrición recordó: “El paso del Homo erectus al Homo sapiens se dio cuando el hombre comenzó a consumir las proteínas y minerales de la carne. Somos pensantes a partir del cambio de alimentación. La incorporación de la carne animal hizo que nuestro cerebro evolucionara, es el mismo cerebro que tenemos al día de hoy. La intelectualidad está asociada con la incorporación del producto animal. Podemos discutir cuánto del producto animal es saludable incorporar”.
“La clave está en alimentarse con la mayor variedad posible y en la porción. Consumiendo una porción de carne de cualquier tipo al día estamos incorporando la cantidad de hierro, vitaminas y minerales que necesitamos. No necesitamos comer un kilo de carne por día. La dieta que nosotros recomendamos es que haya cinco porciones de frutas y verduras y una de carne. No es vegana, pero tiene más cantidad de alimentos vegetales que animales”, concluyó Scarinci.
Finalmente, el magíster en Nutrición destacó que lo recomendado por los profesionales tiene que ver con una alimentación variada y equilibrada. En el caso de los niños estudiados en el Garrahan, “una alimentación que se supone sana está enfermando a un grupo de recién nacidos”.
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