Un informe realizado por la CNN en Español reveló que durante la gestión del actual presidente Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires se compraron trenes con asbesto, un mineral cancerígeno. El titular del Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (Sbase), Eduardo de Montmollin, admitió que las autoridades porteñas contaban con planos que especificaban la presencia de dicha sustancia.
El asbesto o amianto es un material cancerígeno que se encuentra prohibido en más de cincuenta países, desde hace casi más de veinte años. Según la Organización Mundial de la Salud, el asbesto, en todas sus formas, es cancerígeno para el ser humano y estima que la mitad de las muertes por cáncer de origen laboral se deben a esta sustancia.
Sin embargo, a fines del 2011, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires le compró al Metro de Madrid seis trenes de segunda mano, los CAF 5000, fabricados durante los años setenta cuando el asbesto no era ilegal. Dichos trenes fueron utilizados en la Línea B del subte porteño.
A pesar de la gravedad de la situación, el peligro recién se conoció a principios del 2018 con el fallecimiento de varios trabajadores del metro de Madrid por el asbesto. En ese momento, los trabajadores argentinos analizaron sesenta piezas de los CAF 5000. «En muchas piezas encontramos una variedad de asbesto», señaló una de las investigadoras a cargo. A partir de ahí, se pidió que las formaciones se saquen de circulación.
Actualmente, al menos once trabajadores de la Línea B del subte porteño estarían afectados por esta peligrosa sustancia. Entrevistado por la CNN, uno de los afectados, Ramón Acuña, comentó: «Hace aproximadamente un mes me diagnosticaron con la primera afecciones debido a la fibra de asbesto el surgimiento de placas pleurales«.La sustancia en el organismo puede derivar en afecciones mayores y, en última instancia, puede transformarse en cáncer.
Eduardo de Montmollin, titular del Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (Sbase), le manifestó a CNN: «Nosotros compramos los trenes asumiendo que estaban en condiciones, que el metro de Madrid nos podía vender esos trenes porque, a nivel de la Unión Europea, hay una ley que prohíbe, a partir del 2001, la comercialización de equipamiento con esta sustancia».
Lo llamativo es que el titular de Sbase reconoció que los planes adquiridos en el año 2011 especificaban la presencia de la sustancia pero no garantiza que se hayan leído. «Es cierto que hay documentación que dice eso pero no había manera de validar si esto era cierto. La documentación técnica de un tren pueden llegar a ser bastante largos y de repente lo que dice eso es una letra chiquita en la página 473 del tomo 4 del manual de descripción de partes”, manifestó.
“En teoría, los técnicos de Sbase… no puedo garantizar que se hayan leído absolutamente todas y cada una de las páginas de los manuales técnicos pero la posición conceptual es, que asumimos que, si en la documentación figuraba algo, el metro de Madrid había tomado ya medidas y que lo que estaban vendiendo ellos estaban en condiciones de vender”, señaló el funcionario.
Por su parte, Edgardo Castro, inspector de Trabajo, especializado en medio ambiente y empleado del gobierno porteño, llevó esta situación a la Justicia. «Cuando uno va a importar productos usados con una antigüedad importante como tenían estos vagones, que eran anteriores a la prohibición del amianto, uno tiene que tomar las precacuciones necesarias para evitar estas sorpresas», sostuvo.
A pesar de que, actualmente, más de 180 trabajadores se sometieron a análisis y los afectados se encuentran en tratamiento médico, el peligro es silencioso, ya que sacar el asbesto del subte podría llevar muchísimos años.