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Sin hinchas, sin TV, sin goles y después de 30 años: se jugó el clásico entre las Coreas


 

Corea del Norte y Corea del Sur igualaron hoy sin goles en un partido por el Grupo H de la segunda fase de la eliminatoria asiática para la Copa del Mundo de Qatar 2022, jugado en el Kim II Sung Stadium en Pyongyang.

Este fue el primer partido entre ambas Coreas en los pasados 30 años y por decisión del régimen norcoreano no se televisó en directo y se prohibió el acceso al estadio.

Los dos países, que técnicamente se mantienen aún en guerra desde hace casi 70 años, empataron en un cotejo del que no se pudo saber nada en tiempo real.

En un país regido por el régimen de Kim Jong-un lo habitual es no emitir en directo los partidos del seleccionado (el anterior encuentro con victoria ante Líbano por 2-0 se mostró con un día de retraso) pero se pensó que se haría la excepción por tratarse del primer cruce intercoreano, situación que no se concretó.

Corea del Norte decidió no emitir visados para nadie a excepción de jugadores y cuerpo técnico surcoreanos: ni aficionados, periodistas o equipos de retransmisión televisiva del Sur obtuvieron el permiso especial que requieren para ir al país vecino.

La información sobre el inicio del juego llegó con más de 15 minutos de retraso a través de las cuentas de Twitter y páginas web de la Federación Coreana (KFA), de la propia FIFA y de la confederación asiática (AFC), señaló EFE.

Tras la igualdad, Corea del Sur y Corea del Norte, que tiene como entrenador al portugués Paulo Bento, encabezan las posiciones con siete unidades, seguidos por Turkemistán y Líbano con tres y Sri Lanka sin puntos.

No pareció ser suficiente para que su equipo anotara. Y así, tras los cambios de rigor y tarjetas amarillas para jugadores de ambos equipos acabó el partido, correspondiente a la tercera jornada del grupo H dentro de la segunda ronda clasificatoria en Asia para el Mundial de 2022.

Queda por ver si Corea del Norte, tal como ha prometido, entregará al Sur un DVD con las imágenes de un encuentro tan histórico como tristemente extravagante que al final solo sirvió para subrayar la dolorosa brecha que desde 1945 mantiene partida en dos a la península coreana.