Historia de amor si las hay. Una pequeña ardilla visita todos los días a un hombre que le había salvado la vida. El pequeño animal se acerca a pasar tiempo con su rescatista, agradecido por los cuidados recibidos.
Cuando el granjero Tyler Gregory encontró una pequeña ardilla en su propiedad en Kansas, Estados Unidos, en agosto del año pasado, sabía que iba a hacer lo que estaba a su alcance para salvar su vida. La pequeña fue atrapada por una tormenta eléctrica y se encontraba fuera del nido y alejada de su madre.
Tyler llevó la ardilla a su casa pero tenía miedo que el animalito no pudiera sobrevivir aquella noche. “Era tan pequeña que ni siquiera abría sus ojos» relata. «Le dimos un biberón con leche con la esperanza que mejore”, fueron sus declaraciones, según el portal Naturaleza en Imágenes.
Tyler y su novia ponían la alarma para despertarse cada tres horas y alimentarla. Afortunadamente, por sus horarios flexibles, podían tener el tiempo necesario para cuidar de la ardilla, a la que llamaron Annie.
En las primeras semanas Annie dormía en una jaula con un pequeño almohadón para calentarla y mantenerla cómoda. Y a medida que crecía, aumentaba el tamaño de su jaula. Al finalizar el primer mes viviendo con estas personas, abrió sus ojos y le brindaron más espacio para vivir.
Tyler comenzó a llevar a Annie a la naturaleza asiduamente, donde podía mostrarse por la hierba. Luego, la pequeña ardilla probaba su fuerza, haciendo saltos entre troncos de árboles y las cercas. Pero no importaba cuán lejos estuviera, Annie siempre volvía a los brazos de su Tyler, el hombre que le salvó la vida.