Por Leo Ricciardino
El presidente Mauricio Macri sigue abocado a su gira de campaña dejando en suspenso a la administración nacional, pero lo que no se suspenden son los problemas. Ni una sola de las medidas que tomó para “aliviarle” la vida cotidiana a los argentinos, después de reconocer “el sufrimiento y esfuerzo” a los que su gestión los sometió; han conducido directamente al alivio proclamado. Por el contrario, la más concreta de supresión del IVA a los productos básicos de la canasta familiar, se vió licuada por la espiral inflacionaria y lo más contundente que logró fue un enorme agujero fiscal a las provincias que recurrieron en masa a la justicia para recuperar lo que es suyo.
Y la justicia les dio la razón, como también lo hizo respecto del impresentable decreto de necesidad y urgencia por el que Macri perjudicó a los trabajadores en sus indemnizaciones por accidentes de trabajo, beneficiando claramente a las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART). Ahora se ve el porqué del enorme lobby que hicieron estas empresas para que Santa Fe adhiera a la ley nacional.
Cambiemos hace todo el tiempo eso. El presidente besa el pie de una anciana en un acto pero después recorta beneficios a los jubilados. El ministro de Transporte nacional Guillermo Dietrich viene a Rosario y anuncia un “alivio” en materia de subsidios para el transporte urbano de pasajeros que pasó de 100 millones mensuales de aportes nacionales a sólo 37 millones. Pero lo que el ministro no dice es cuándo y cuánto llegaría de ese refuerzo de recursos cuando le queda muy poco tiempo a la administración nacional.
El último empuje de Cambiemos es para tratar de hacer un papel más o menos decoroso el 27 de octubre. Pero en rigor, todos los análisis políticos –aún los publicados en medios cercanos a la gestión macrista- ya se encuentran abocados a analizar el postmacrismo, lo que quedará después de la atomización que se viene para la fuerza gobernante. Una cosa es lo que dicen los candidatos para afuera, y otra muy distinta la que expresan off de record los dirigentes que muestran un escenario muy roto dentro de la jaqueada coalición oficialista.