Info General
Más noticias

Argentina Cibersegura

Capacitaron a educadores para abordar el sexting y la «pornovenganza» con los chicos


 

Un asistente virtual que simula ser una chica de 21 años y chatea con las personas para contar cómo vive, en tiempo real, que se compartan sus fotos íntimas sin consentimiento y una guía educativa, formaron parte de una capacitación a educadores para que traten el tema del sexting y la «pornovenganza» con sus alumnos, en el marco de una jornada realizada hoy por la ONG Argentina Cibersegura, en la Biblioteca Nacional.

La empatía pero no la prohibición, fueron los ejes en los cuales se basaron los diferentes oradores para que los educadores hablen con sus alumnos sobre estas conductas vinculadas al intercambio de imágenes íntimas a través de celulares o computadoras (sexting), que se convierte en una problemática cuando ese material se difunde de manera no consentida («pornovenganza»).

«Nuestro proyecto es Talk2U, es la historia de una chica que es un personaje ficticio, Nati, de 21 años, que sufrió acoso por sexting», explicó a Télam Eduardo Orteu, uno de los responsables del proyecto.

La experiencia de Nati la transmiten a través de un chatbot, una tecnología de conversaciones vía chat alimentada por inteligencia artificial, a través de la cual las personas pueden charlar con ella y saber de primera mano lo que vive una víctima de esta problemática.

«Es una experiencia de dos días donde vas chateando con Nati y ella te va contando lo que le pasó en tiempo real, cómo se siente, cómo lidia con el problema, te pide ayuda y ver cómo salir adelante», describió Orteu.

A lo largo de la experiencia, la persona que chatea con Nati «va detallando qué sensaciones pasa ella, cómo encara y resuelve los problemas, qué frustraciones le genera y cómo sale adelante con un problema que hoy en día es generacional y del que nadie está exento», completó.

Por otro lado, la Fundación Lúminis, entidad sin fines de lucro dedicada a la educación, presentó una guía educativa para docentes sobre sexting y pornovenganza.

«Es un recorrido de actividades sobre cómo poder generar el debate sobre qué es el sexting, qué implica, qué tipo de riesgos conlleva para un adulto y un adolescente antes y después de apretar el botón para compartir una imagen», contó a Télam Gabriel Latorre, representante de la Fundación.

En la reflexión grupal «se parte del caso de una chica en México que a los 16 años se filmó con su novio y luego él lo compartió con sus amigos, y así perdió el control de ese material», describió Latorre.

«Pero ella se enteró después de un tiempo, cuando estaba caminando en la playa y se le acercó un señor mayor y le dijo que la conocía porque la había visto en un video de un sitio en el cual uno podía suscribirse para acceder a material de adolescentes en situaciones de sexualidad», agregó.

A raíz de ello, «la mujer generó unas entrevistas que son las que usamos en la guía como recurso sobre cómo los chicos pueden hablar con sus padres sobre el tema, entre otras situaciones. Ella después llevó su caso a la justicia, sentó jurisprudencia y formó una ONG sobre el tema», subrayó Latorre.

Estas propuestas se presentaron en la jornada «Pensando la educación digital», realizada hoy por la ONG Argentina Cibersegura en la Biblioteca Nacional, a la que asistieron más de 200 educadores.

«Es un evento educativo que hacemos anualmente y el primero que abrimos a toda la comunidad educativa: fundaciones, organizaciones del tercer sector, instituciones formales y no formales», comentó a Télam Aldana Siciliano, directora ejecutiva de Argentina Cibersegura.

Hoy en día la difusión no consentida de imágenes íntimas «no es un delito, y en el Código Penal Nacional no está estipulado, pero hay jurisdiccciones que la tratan como contravención», dijo a Télam Julián Reale, abogado especializado en Ciberseguridad y Derecho, y mentor educativo de Argentina Cibersegura.

«Recomendaciones sobre qué hacer ante estos casos son muchas: pueden ser judiciales, pero también existen las pautas de cuidado», sostuvo.

La idea, dijo, «no es dejar de vivir la sexualidad libremente mandando estas imágenes, sino de tomar precauciones: que no aparezca la cara de la persona en las imágenes, charlar con los padres y pensar siempre que hoy podemos confiar en el destinatario de una imagen íntima que mandamos, pero tal vez en unos años ya no forme parte de nuestro circulo de confianza», advirtió.