El gobierno de Ecuador afirmó este jueves que desactivó un intento de «golpe de estado» en el que involucró a seguidores del ex presidente Rafael Correa que actuaron con el apoyo de una «acción foránea».
«Eso solo tiene un calificativo: un golpe de estado, una subversión del orden democrático», dijo el canciller, José Valencia, en una entrevista con la agencia de noticas Europa Press.
El funcionario ligó las encendidas protestas que sacuden a Ecuador desde el 1 de este mes contra el aumento de los precios de los combustibles con los repetidos llamados de Correa y algunos de sus seguidores para que el gobierno adelante las elecciones y acorte el mandato del presidente Lenín Moreno, vigente hasta mediados de 2021.
«Ecuador no tiene un sistema parlamentario, como algunos países europeos; es un sistema presidencialista donde la ley determina los plazos para que las elecciones se realicen; hacer un llamado de ese tipo es hacer un llamado a subvertir el orden constitucional», sostuvo Valencia.
«Eso -añadió- solo tiene un calificativo: un golpe de estado, una subversión del orden democrático».
Según Valencia, la «normalidad» se va recuperando paulatinamente en Quito, pese a la presencia de miles de indígenas procedentes de distintos puntos del país que hoy tomaron como rehenes a por lo menos seis policías en la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), en una acción que las autoridades consideran secuestro.
Valencia fue consultado puntualmente sobre si cree que hay un nexo entre Correa y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. «Sí, tenemos muchos indicios de que por ahí apuntan las cosas, de que hay una acción foránea», respondió el funcionario.
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El canciller vinculó los actos de violencia reportados durante las protestas con supuestas maniobras políticas.
Quienes se enfrentaron a la policía ayer en Quito, según el canciller, «eran personas que respondían a otro tipo de consignas, consignas políticas de la oposición al gobierno que no buscan una resolución de las controversias, sino una desestabilización política, crear el caos».
El vicepresidente, Otto Sonnenholzner, informó esta semana desde Guayaquil que solo en esa ciudad costera habían sido detenidos 27 ciudadanos extranjeros a los que habrían pagado entre 40 y 50 dólares por manifestarse.
Según datos oficiales, habría más de 700 extranjeros detenidos, entre ellos decenas de venezolanos.
Las protestas son encabezadas por comunidades indígenas, sindicatos y movimientos sindicales que rechazan los aumentos de los precios de las naftas de mayor consumo, una medida impuesta por Moreno en acuerdo con el FMI.