Las comunidades indígenas que lideran la rebelión contra las medidas de ajuste económico en Ecuador advirtieron este jueves que su lucha seguirá hasta que el Fondo Monetario Internacional (FMI) se vaya del país, a la vez que descartaron la posibilidad de cualquier tipo de diálogo con un gobierno al que tildaron de «asesino».
A través de una declaración pública difundida por Europa Press, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) llamó a sus seguidores a «radicalizar» la protesta, con el sostenimiento de los bloqueos en calles y autopistas e incluso con las «tomas de gobernaciones y edificios públicos».
El pronunciamiento se conoció en momentos en que manifestantes indígenas mantenían retenidos a por lo menos seis policías en la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), en Quito, y advirtieron que aplicarán sobre ellos la justicia ancestral si las fuerzas del orden atacan esa sede.
El gobierno calificó la situación como de secuestro y advirtió que la liberación de esas personas es «condición fundamental» para entablar cualquier diálogo.
«En este momento hay ciudadanos ecuatorianos secuestrados en la Casa de la Cultura: seis policías fueron retenidos y a 27 periodistas de distintos medios de comunicación no se les ha permitido salir como es su voluntad», afirmó el secretario general de la Presidencia, José Augusto Briones, en cadena nacional de radio y TV.
«A nombre del gobierno nacional demandamos que cualquier proceso de diálogo se haga en el marco de la paz y para ello, la liberación de los policías y periodistas es una condición fundamental», agregó Briones.
La retención de los agentes se daba en momentos en que la Conaie se declaró «de luto» por la muerte ayer de un manifestante a causa de la represión de las protestas que se suceden desde hace más de una semana, según confirmó la Defensoría del Pueblo.
La organización indígena, la más importante del país, señaló que el presidente Lenín Moreno trató al pueblo ecuatoriano como a un «enemigo» y propuso un diálogo que en verdad configura una «fantochada».
«Esto no para hasta que el FMI salga del Ecuador», advirtió.
El estallido en Ecuador comenzó el 1 de este mes, cuando Moreno, en el marco de un acuerdo con el FMI, eliminó un subsidio a los combustibles, con su consecuente impacto en los precios de las naftas de mayor consumo en el país.
La fuerza de las protestas forzó al gobierno a imponer el estado de excepción y mudar la sede el Poder Ejecutivo a Guayaquil, a unos 400 kilómetros al sur de Quito.
La agencia EFE le atribuyó hoy a Jaime Vargas, presidente de la Conaie, una declaración en la que pidió al Ejército que le retire su apoyo al presidente Moreno.
En ese contexto, las Fuerzas Armadas de Ecuador advirtieron que acerca de «falsos mensajes» en circulación para que los ecuatorianos se concentren frente a los cuarteles militares.
En comunicado, señalaron que harán un «uso progresivo de la fuerza» contra quienes traten de acceder a esas sedes militares.
«Gupos irresponsables y ciudadanos con intereses desestabilizadores que incitan a la violencia han iniciado una campaña desinformativa difundiendo falsos mensajes de que el presidente y manifestantes detenidos estarían en el interior de los repartos militares, pretendiendo que multitudes se concentren en los exteriores de los mismos para pretender alterar el orden público y vulnerar la seguridad de las instalaciones», sostuvieron.