Los padres de Alfie Evans, el niño en fase terminal que sufre una enfermedad cerebral degenerativa y continúa respirando pese a haber sido desconectado hace 72 horas, esperan llevar a su hijo a su hogar, después que la justicia británica ratificara su negativa para trasladarlo a Italia.
El lunes pasado, el juez de apelaciones de la Alta Corte británica Anthony Hayden autorizó al hospital Alder Hey en la ciudad de Liverpool, donde está internado, a interrumpir la asistencia al bebé de 23 meses.
«Desafortunadamente fuimos rechazados ayer para ir a Italia. Lo que hacemos hoy es tener una reunión con los médicos en Alder Hey y ahora comenzamos a pedir que nos vayamos a casa», expresó Tom Evans, padre del bebé, en declaraciones a los medios en la puerta de ingreso del hospital.
Dijo que su hijo ha estado respirando sin ayuda durante tres días, demostrando que los médicos estaban «equivocados» con respecto a su diagnóstico terminal que lo había dejado en un «estado semivegetativo».
Evans y su esposa Katy James han estado batallando para lograr mantener con vida a su hijo y poder trasladarlo a Italia para un tratamiento.
Pero el Tribunal Superior británico dictaminó que un tratamiento posterior no era lo mejor para Alfie, mientras que el Tribunal de Apelación lo confirmó.
De esta forma, el tribunal rechazó ayer una apelación de última hora por parte de los padres en contra de un fallo anterior que les impide llevarlo a Roma para recibir más atención, aunque sí le permitió regresar a su hogar.
El gobierno italiano había acordado otorgarle la ciudadanía al niño, con un hospital en el Vaticano ofreciendo tratamiento.
Sin embargo, el hospital que reconoció que no sería capaz de encontrar una cura, había propuesto mantener la vida de Alfie durante unas dos semanas mientras los médicos trataban de investigar su condición.
Los médicos británicos argumentan que la condición de Alfie no mejorará, que está sufriendo y que se le debe permitir morir.
Según el diario The Guardian, el juez Hayden argumentó que aunque Alfie había sido un «luchador», desde que se lo desconectó del respirador artificial su condición degenerativa sin diagnóstico había «destruido casi por completo» su tejido cerebral y no tenía ninguna posibilidad de recuperación.
Mientras tanto, la policía advirtió a los manifestantes que protestaban fuera del hospital en apoyo a Evans y su esposa que no tolerará situaciones de maltrato, intimidación o amenazas hacia el personal médico.
Según el jefe operativo de la policía de West Yorkshire, Chris Gibson, los posteos de los medios sociales estaban siendo monitoreados y advirtió que «cualquier delito, incluyendo los mensajes malintencionados y el comportamiento amenazante, serán investigados y cuando sea necesario, se actuará en consecuencia».