El Papa Francisco denunció hoy que el lema «civilización y barbarie» se usó «para aniquilar pueblos originarios» en Argentina, al tiempo que vinculó esa experiencia con el «desprecio» a «los ‘bolitas’, los ‘paragua’ y cabecitas negras» que «todavía sigue», al abrir las intervenciones del Sínodo de Obispos dedicado a la Amazonia, que se desarrolla en el Vaticano hasta el 27 de octubre.
«En nuestro país, un lema -‘civilización y barbarie’- sirvió para dividir, para aniquilar y llegó al culmen, hacia fines de los años 80, a aniquilar la mayoría de los pueblos originarios, porque eran `barbarie´ y la `civilización´ venía de otro lado», planteó el pontífice al inaugurar las sesiones de trabajo de la cumbre que reúne a 283 participantes del mundo bajo el lema «Amazonia: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral».
«Es el desprecio de los pueblos y, voy a la experiencia de mi tierra, eso, `civilización y barbarie´, que sirvió para aniquilar pueblos, todavía sigue en mi patria, con palabras ofensivas», denunció Jorge Bergoglio.
«Y entonces se habla de civilización de segundo grado, los que vienen de la barbarie; y hoy son los `bolitas´, los paraguayos, los ‘paraguas’, los cabecitas negras», siempre ese alejarnos de la realidad de un pueblo calificándolo y poniendo distancias. Esa es la experiencia de mi país. Y después el desprecio», denunció el obispo de Roma frente a los participantes, entre ellos el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, y el ex secretario de Naciones Unidas Ban Ki Moon.
En ese marco, lamentó las críticas que escuchó al atuendo de uno de los indígenas que participa de la reunión.
«Me dio mucha pena escuchar un comentario burlón de ese pío señor que ayer llevó las ofrendas con plumas en la cabeza. ¿Qué diferencia hay en llevar plumas o los tricornios que algunos llevan en nuestros dicasterios?», lanzó.
«No hemos venido aquí a inventar programas de desarrollo social o de custodia de culturas, de tipo museo, o de acciones pastorales con el mismo estilo no contemplativo con el que se están llevando adelante las acciones de signo contrario», planteó el pontífice en su intervención
«Nos acercamos a los pueblos amazónicos en puntas de pie, respetando su historia, sus culturas, su estilo del buen vivir, en el sentido etimológico de la palabra y no en el sentido social que tantas veces le damos», agregó Bergoglio en un discurso improvisado en el Aula Nueva del Sínodo.
De cara a una reunión que tratará temas polémicos para la Iglesia, como la posible apertura a la ordenación de hombres casados, el pontífice explicitó la preocupación del Vaticano por las filtraciones de lo que sucede en el Aula en la que se desarrollan las discusiones.
«Un proceso como el de un sínodo se puede arruinar un poco si yo, al salir de la sala, digo lo que pienso, digo la mía, y entonces se da esa característica que se dio en algunos sínodos: del sínodo de adentro y del sínodo de afuera», planteó Bergoglio.
«El sínodo de adentro que sigue un camino de Madre Iglesia, de cuidado de los procesos y el sínodo de afuera que, por una información dada con ligereza, dada con imprudencia, mueve a los informadores de oficio a equivocaciones», explicó.
Entre los participantes, el Sínodo amazónico reúne un máximo histórico para este tipo de eventos de 35 mujeres, entre religiosas y laicas, que se sumarán a los obispos, cardenales y representantes de los pueblos originarios de la región.
A todos ellos Francisco recordó hoy que «las ideologías son un arma peligrosa», y lamentó que «siempre tendemos a utilizar una ideología para interpretar un pueblo».
«Las ideologías son reductivas y nos llevan a la exageración en nuestra pretensión de comprender intelectualmente, pero sin aceptar, sin admirar, comprender sin asumir», criticó el Papa.