La cantante rosarina Betiana Charny presentará mañana en la sala porteña
«Hasta Trilce» su reciente segundo disco «La canción quiere», donde aborda
un repertorio mayoritariamente compuesto por nuevos autores y que la
intérprete inscribe en “un circuito de movimiento, conexión y diálogo con
el ayer y con lo que viene”.
“Creo que tanto intérpretes como compositores nos vamos mutuamente
alimentado para seguir haciendo andar el vehículo de la música popular”,
arriesga Charny, durante una entrevista con Télam.
La vocalista, quien además es docente y gestora cultural y debutó en bateas
en 2014, con «Esta voz», reunió para su segunda aventura discográfica un
cancionero con las firmas de Topo Encinar (“Chaplines asesinos”), Mariana
Kesselman (“Cielo de Darwin”), Luciana Jury-Carlos Delgado (“De a poquito
quiero amarte”), José Luis Aguirre (“Río”) y Sandra Amaya (“Patay”).
La docena de piezas incluye, además, a Diego Marioni (“La vieja pesadora”),
Oscar Simiani (“Soy de la villa”), Nicolás Rallis (“Y qué?”) y Mariano
Barrionuevo (“Nada menos”) y suma dos ilustres como Juan Falú (“Llevo un
canto”) y Alfredo Zitarrosa (“La canción quiere”).
“Estos músicos que integran el repertorio de mi disco son mi recorte
personal sobre lo que considero un nuevo cancionero de música de raíz
folclórica; y muchísimos quedaron ‘afuera’, debido a que la producción
musical de calidad y compromiso es inmensa”, apunta.
En el mismo sentido, la artista sostiene que “nuestro país tiene artistas
increíbles, pertenecientes a distintas generaciones y paisajes, creo
importante seguir buscando maneras de estar comunicados entre nosotros para
que estas obras circulen y se canten más, ya que es un modo de seguir
hablando y preguntándonos sobre nosotros mismos, sobre nuestra identidad y
nuestro destino”.
Esas obras y ese espíritu prometen estar presentes el jueves desde las 21
en la sala sita en Maza 177 donde al conjunto que acompaña a Charny (Manu
Navarro en guitarra, Candelaria Quiñones en piano y Jorge Bisso en
percusión), se sumarán los invitados que tomaron parte del registro: Juan
Falú, Chiqui Ledesma, Milagros Caliva, Nico Rallis, Camila Warner y
Patricia Villanova.
Tras el lanzamiento formal, “La canción quiere” saldrá a escena en Rosario
(19 de mayo), Salto (24), Pergamino (25), San Nicolás (26), Villa
Constitución (9 de junio) y Santa Fe, además de próximas paradas en Tucumán
y Córdoba.
Télam: En un repertorio lleno de novedades recurrió a Zitarrosa y denominó
con su pieza al disco ¿A qué obedeció esa decisión?
Betiana Charny: El título ya lo tenía casi meses después de sacar el primer
disco, esa milonga de Alfredo me atraviesa cada vez que la escucho y la
canto, y sentí que tenía un guiño con el trabajo anterior que de algún modo
también surge de la voz de este gigante uruguayo; pero además, después de
haber estado un tiempo viviendo en Buenos Aires, algo de eso me llamó a
reparar en la palabra “canción” (la cuestión de las formas siempre me
interpeló ya sea por la necesidad de romperlas, o lo difícil de salirme de
ellas) ya que en los últimos años me dediqué mucho a escuchar, conocer y
buscar compositores y músicas nuevas de autores argentinos. El hecho de
producir conciertos con colegas, ciclos, viajes y encuentros fueron
generando un intercambio y una nutrición enorme con respecto a la
“actualidad” de este campo que llamamos música popular independiente y me
encontré con que más allá de los géneros tradicionales del folclore, muchos
de estos compositores admirados incorporaban esa “libertad” que da el
formato de canción, sin que ello haga que se alejen de la conexión con la
raíz.
T:¿Pensás en tu voz como una herramienta para difundir nuevos autores?
BC: Sí pero no..Pienso mi voz, mejor -quizás- vivo mi voz, como un camino
para decir lo que necesito, que en este caso está más vinculado a los
autores del hoy, pero no quisiera “pegarme” a un formato, porque de hecho
mi camino va desde la música renacentista, (pasando por toda la academia),
hasta el rock y la electrónica antes de llegar al folclore de América.
Entonces, no puedo ni deseo fijarme a un sólo recorrido porque sería negar
mis propias búsquedas, que muchas veces me terminan sorprendiendo.
T: -¿Cuál es su vinculación con la música hecha en Rosario?
BC: Yo le debo todo al movimiento de músicos independientes de Rosario.
Allá aprendí cómo se trabaja en equipo y cómo se acciona colectivamente; y
gracias a esos espacios conocí canciones y músicos que cambiaron mi
escucha. Rosario tiene una movida de producción y creación enorme, que no
siempre consigue la difusión o el alcance que merece, y en general sucede
con el esfuerzo de los mismos músicos organizados para producir conciertos,
talleres, festivales. Hay artistas, compositores, intérpretes,
maravillosos. Cada vez me dan más ganas de profundizar en ese sentido en el
repertorio del “cancionero rosarino” que es tan particular y prolífero…
probablemente lo que siga, siga por ahí.
T: Sostiene un vínculo fecundo con Juan Falú ¿Qué significa Falú más allá
de ese lazo personal?
BC: Juan es un referente de la composición y la guitarra, pero es además un
exponente de la educación y la cultura, con lo cual es un actor social de
peso, que ha posibilitado el acceso a la música argentina a generaciones
enteras no sólo a través de su música (que es a mi entender la llave que
abre la puerta a otros referentes como Quintero, el Negro Aguirre, Coqui
Ortiz, quizás el mismo Fandermole, y todos los “transformadores” de la
música popular de raíz) sino también a través de sus proyectos educativos,
sus escritos, sus charlas/declaraciones, sus acciones comprometidas, que
siempre invitan a la reflexión, el movimiento, incluso a la incomodidad
ante la anestesia y la pasividad con la que a veces transitamos la vida.
Juan es un agente cultural indispensable para seguir creando y pensando
nuestra música.