Tras un laureado paso por distintos festivales locales el documental de Ana Fraile y Lucas Scavino “¿Quién mató a mi hermano?” acerca de la lucha de familiares y amigos de Luciano Arruga por denunciar cómo y por qué la Policía Bonaerense y todo un engranaje estatal posibilitó que el joven fuera desaparecido y asesinado en 2009, concretará el jueves su estreno en cines locales.
Arruga, entonces con 16 años, desapareció el 31 de enero de 2009 y desde ese momento un grupo de familiares y amigos lo buscó a la vez que denunció a la policía de Lomas del Mirador, localidad del Partido del conurbano bonaerense de La Matanza y enfrentó amenazas de la propia Bonaerense, manipulación judicial e indiferencia del gobierno.
Como fruto de esa constancia, el 17 de octubre de 2014 se encuentra el cuerpo de Luciano enterrado sin identificación en el cementerio municipal. El informe indicó que su muerte fue producto de un accidente vial la misma noche de su desaparición, pero esa revelación no detuvo la potencia del conjunto movilizado que considera al de Arruga como un crimen de lesa humanidad.
“¿Quién mató a mi hermano?” da cuenta de ese proceso colectivo por justicia haciendo foco en la presencia de Vanesa Orieta, hermana de Luciano e integrante del grupo que reclama y denuncia la situación.
“Vanesa es aparentemente una cara visible al igual que Mónica, la mamá de Luciano; aunque ella es muy lúcida para comunicar y transmitir, es claro que es parte de un grupo de amigos y familiares en quienes se apoya para pensar y trabajar cada acción. Hemos aprendido a observarlos trabajar apoyándose y aportando a esta pelea”, resaltó el cineasta Scavino en charla con Télam.
En el mismo sentido, Fraile, la otra realizadora del filme, señaló a esta agencia que “fue central para nosotros cómo tratar el tema y poder contar lo que queríamos. En principio el documental tal vez era más de seguimiento y con una distancia más aséptica, pero decidimos que no era ese el espacio a rescatar y quisimos que sirviera para conectar a la gente con esta lucha”.
La película producida por Pulpofilms, con el apoyo de La Retaguardia, tuvo su estreno en la Selección Oficial de Derechos Humanos del último Bafici, donde agotó sus tres funciones y obtuvo una mención en ese aparatado.
Además “¿Quién mató a mi hermano?” alcanzó el primer premio como documental nacional en el Festival de Derechos Humanos, el de mejor documental en el Festival de las Alturas y mereció el lauro al documental social en el Festival de Cine y Video de Rosario.
“Esas miradas y esos reconocimientos parecen indicar que en la forma que propusimos hacer la película hay algo que se está valorando y se está pudiendo apreciar”, evaluó Scavino y sostuvo que “cuando termina la película veo que la gente se queda pensando porque no consume la película, la mira”.
Con vistas al estreno del largometraje, señaló que “nos genera expectativa en cuanto al cierre de recorrido de la película aunque sea el comienzo de la distribución y la comercialización, con las dificultades que conlleva un apoyo tan limitado para su difusión”.
“Pero lo central para nosotros -abundó el realizador- es dar inicio a una etapa que nos entusiasma por poder llevar luego la película a otros ámbitos y lugares como barrios, universidades, colegios secundarios y empezar a moverla en colaboración con distintas organizaciones”.
En esa perspectiva, añadió que “va a llevar meses o años mover la película para que sea vista por una cantidad importante de gente y nosotros estamos acostumbrados a los tiempos largos”.
Con esa misma persistente paciencia, Orieta, quien motiva el inquisidor título de la obra “¿Quién mató a mi hermano?”, comentó a Télam que el documental “va mostrando varias secuencias donde todos nos enfrentamos a personas ubicadas en instituciones que fueron responsables de todo lo que ocurrió en una causa judicial que lleva 10 años de recorrido y continúa en etapa de instrucción y sin ningún condenado”.
Para la hermana de Arruga en la película “la palabra silencio resuena muchas veces porque silencio han hecho desde el poder político, desde los grandes medios de comunicación y ni hablar desde la justicia que lo hizo como condición necesaria para generar impunidad”.