Por Diego Carballido
En barrio Ludueña todos conocen la historia de Jonatan Arrejin. Todos saben de su pasión, porque en algún momento lo han cruzado con su violín al hombro caminando por alguna de las calles de la zona noroeste de Rosario. O porque la mayoría lo ha visto, desde muy pequeño, en diferentes escenarios junto a la Orquesta del Ludueña donde intentaba todo el tiempo sacar nuevas melodías del violín que le compraron con mucho esfuerzo sus padres. «El Ludueña es mi casa. El barrio, la escuela y la orquesta son como mi propia casa y trato de estar presente en todos los eventos que acá se organizan», dice Jonatan en un diálogo con CLG donde contó los detalles de su nuevo desafío: poder viajar y capacitarse en el Viejo Continente.
«Llegué a tocar gracias a una amiga que me invitó a una clase de violín, allá por el año 2005. Después entré en la Orquesta del Barrio Ludueña y ya me empezó a gustar. Por eso, les pedí a mis papas que me lo compraran y ellos hicieron todo lo posible por conseguirme uno con el fin de que me lo tomara en serio», recordó Arrejin.
Hace unos días, Jonatan fue el ganador de una beca que le permitirá continuar sus estudios en un conservatorio de Bilbao, en España, y a través de un video que se viralizó en redes sociales solicita el apoyo económico para poder solventar el gasto de los pasajes aéreo. «Gane una beca en España, pero sólo es de estudio. Por lo tanto, necesito recaudar el dinero para los pasajes», compartió Arrejín. «Si es necesario, voy hasta en canoa», agregó entre risas.
Este paso en la carrera de Jonatan es muy significativo para seguir perfeccionando su técnica y aumentar aún más su nivel profesional como violinista. «Es mi sueño estudiar en Europa», compartió Arrejin. «En noviembre yo tengo que estar en Bilbao para tramitar los papeles y a partir del año que viene comenzaría con la beca», dijo al mismo tiempo que aseguró tener muchas esperanzas de que su viaje se concrete.
Desde muy pequeño, Arrejin tiene una conexión muy profunda con el violín. Tal es así, que aún hasta el día de hoy perdura esa pasión. «Es muy raro que pase un día sin tocar. Es una especie de incorporación a mi cuerpo», compartió y afirmó que lo lleva «a todos lados, inclusive cuando me voy de viaje o de vacaciones».
«Estudié el profesorado de música, pero sentí que no era lo que quería para mi vida. Entonces, empecé a conectarme con mi propio sueño y ahí me di cuenta que quería ser músico para que la gente conozca mi música». Ese fue el comienzo de Jonatan como músico integrante de diferentes bandas, pasando por diversos géneros musicales y mostrando su arte en todos los teatros de la ciudad y hasta pudo viajar a Uruguay, Brasil y Centro América.
«En la vida tuve altibajos, pero siempre tuve presente la idea del esfuerzo y gracias al apoyo de mis padres y profesores pude lograr mis objetivos», compartió Arrejin y agregó: «Una de las cosas más grandes que me permitió la música fue poder cumplir el sueño a mi padre. Él siempre quiso tener una banda y tocar en diferentes escenarios y, por suerte, lo pude cumplir».
La música está muy ligada a la familia Arrejin. Jonatan recordó que «en casa, siempre mi papa estaba con algún instrumento. O sino me iba a verlo tocar la guitarra en la iglesia del barrio».
Orgulloso de haber transcurrido su vida en el Ludueña, defensor de las orquestas barriales y un trabajador de la música, Jonatan apuesta a poder cumplir su sueño de seguir creciendo como músico y lograr los fondos necesarios para poder viajar a España, donde lo espera la beca que ya se ganó.