CLG habló sobre el tema con Guillermo Scarinci, magíster en Nutrición, quien consideró que lo más importante es tener una "alimentación equilibrada"
Por Gina Verona Muzzio
Hoy en día, hay cada vez más personas que eligen el veganismo y lo llevan como bandera en su vida cotidiana. En todos los rincones del planeta Tierra, los veganos afirman que no sólo se trata de un tipo de dieta alimenticia, sino que implica todo un estilo de vida. Por definición, filosófica y ética, rechazan el uso de productos y servicios de origen animal. Esto abarca la comida, la vestimenta, los cosméticos y los medicamentos, entre otras tantas cosas. A diferencia de algunos tipos de vegetarianismo, los veganos no incorporan tampoco ningún derivado de los animales, como miel, huevos o lácteos. Para conocer más sobre el tema y los efectos beneficiosos o negativos que genera en las personas, CLG consultó al magíster en Nutrición, Guillermo Scarinci.
Para contextualizar, el especialista se refirió a la historia o antropología del veganismo en relación a la evolución del hombre. Recordó que en algún momento se puso de moda la dieta “paleolítica”, considerando que en esa época “como humanos o humanoides nos alimentábamos solamente de raíces y de lo que caía de los árboles”. “En ese contexto histórico, los que estaban formándose como Homo sapiens tenían mucha más actividad física. Está estudiado que el salto a ser Homo sapiens está dado con la incorporación de proteínas animales a la dieta. Si somos humanidad es porque también era necesario otro tipo de alimentos”, inició Scarinci.
Hay quienes consideran que el veganismo es una moda, pero quienes lo eligen como forma de vida explican que está atravesado por cuestiones relacionadas a la ecología y a la no matanza de animales. Scarinci considera que existen algunas contradicciones en el discurso vegano: “Si un animal es un ser vivo, una planta también. Sabemos que el ecosistema se maneja por los vegetales y por una transformación de la energía solar en clorofila y eso, a su vez, tiene relación con toda la cadena alimentaria”. Además, el nutricionista recalcó que está demostrado que este tipo de dieta “no es tan saludable” como se dice, ya que es necesario considerar todas las variables.
“Como profesional, puedo decir que es necesaria la incorporación de hierro y otros nutrientes que vienen sólo con las proteínas animales”, expresó Scarinci. Al mismo tiempo, explicó que si una persona es joven y no tiene “ningún tipo de patología ni injuria a la cual enfrentarse, parecería que no se necesita el aporte de los nutrientes que tienen los animales”. Sin embargo, cuando se va avanzando en edad y van apareciendo patologías, es necesario ese hierro.
Es de público conocimiento que las legumbres aportan una cuota considerable de hierro. Scarinci desmitifica esta cuestión. “El hierro que se incorpora por las lentejas no es de alto valor biológico. Lo que representa un bife, una pechuga de pollo, una porción de carne del tamaño de la mano de una persona equivale a dos platos hondos de lentejas. Nadie se come dos platos de lentejas todos los días”, detalló.
En este sentido, el experto en alimentación hizo hincapié en que lo más importante es tener una alimentación equilibrada. “Irse de un extremo al otro no está bien”, analizó. Y añadió: “Tampoco quiere decir que nosotros, por ser de un país históricamente carnívoro, tengamos que comer la cantidad de carne que se comía en su momento. Una porción de carne al día, o con la incorporación de lácteos o un huevo al día, estamos cubriendo las necesidades”.
“Es importante no tomarlo como una moda, sino consultar con un profesional”, dijo en referencia al veganismo. Y continuó: “Uno lo puede tomar como una cuestión filosófica e incluso hasta religiosa, pero sabiendo que si sólo me alimento con vegetales y no tengo ninguna actividad extrema, no hago deportes, no hago esfuerzos con mi cuerpo, a lo mejor voy a estar bien”. Pero si una persona que tiene un trabajo que requiere más esfuerzo físico, que es más duro, “es necesario incorporar más calcio y hierro, y por más que los vegetales puedan aportar algo de calcio, la mayor parte la tienen los lácteos”. Por ende, es necesario analizar cada situación en particular, luego de partir de cuestiones que son generales y tener siempre en cuenta la opinión de profesionales en relación a la salud.
Scarinci también hizo alusión a la situación actual del país. “Nuestra población, por una cuestión socioeconómica, tiene bajo consumo de productos cárnicos. Es uno de los productos más caros de la canasta básica y tenemos chicos con anemia. Esos chicos no se desarrollan adecuadamente”, aseguró. “Yo veo padres veganos que obligan a sus hijos a ser veganos. Es el peor error que pueden cometer, porque se tienen que desarrollar y tener todos los nutrientes durante su período de crecimiento. Entonces lo mejor es informarse y no pasar estas cuestiones”, ahondó.
La clave está en el equilibrio
“Si vos mantenés una dieta equilibrada, incorporás las tres porciones de fruta por día, las dos porciones de vegetales, crudos o cocidos, una porción de carne, lácteos o huevo, estás equilibrado y el cuerpo tiene las reservas necesarias para enfrentarse a las enfermedades. Cuando vos tenés una dieta vegana, tus reservas de nutrientes están al límite. Entonces te permiten mantenerte sano, pero frente a una injuria o una patología, tu cuerpo no va a tener las reservas que necesita para hacerle frente a esta cuestión”, explicó con claridad.
En la misma línea, indicó que cuando, por ejemplo, alguien que tiene una dieta vegana tiene falta de hierro y va al médico, éste termina dándole un suplemento. “Le dicen que lo puede tomar por vía medicamentosa, cuando es mucho más natural incorporarlo con un alimento. Por ahí los veganos no lo saben, pero el hierro de esa manera no se saca del hierro de un laboratorio, viene de alguna fuente animal también. Están consumiendo algo que en su fabricación destruye más el medioambiente por toda la cuestión industrial”, aclaró.
Para concluir, el magíster en Nutrición analizó que en Argentina “estamos viviendo cada vez más tiempo, hay casi cuatro mil personas que viven más de cien años”. “Imaginate los jóvenes que son veganos si van a poder afrontar esa cantidad de años con este tipo de baja reserva de nutrientes. Durante toda la vida tenemos que prepararnos para llegar a viejos”, finalizó.