Diego Pimentel es arquitecto y enseña en la Universidad Nacional de las Artes y la Universidad de San Andrés. También es consultor independiente en proyectos de arte, diseño y tecnología para instituciones, gobiernos y empresas. Hasta fines de agosto era el director del Centro Cultural San Martín. Y es el hombre que fue denunciado por acoso sexual y maltratos en la conferencia de prensa del colectivo Actrices Argentinas.
En abril de este año, de manera anónima, las denunciantes habían hablado con Clarín sobre las situaciones que se dieron a conocer esta tarde en el auditorio Bauen. Para ese momento, al tratarse del titular de la prestigiosa institución que depende del ministerio de Cultura porteño, el gobierno de la Ciudad había iniciado un sumario administrativo para investigar.
En julio, Anahí de la Fuente dio entrevistas: reveló su identidad y preservó las de sus compañeras. Al igual que ella, habían sido desvinculadas de sus puestos en el San Martín. Estaban contratadas, no eran personal de planta. Eso, como declararon ante la Justicia, «por miedo a perder el trabajo» las llevó a tolerar durante meses desde arrinconamientos en un pasillo hasta besos en el cuello a modo de saludo.
Sin dar su versión sobre los comportamientos inapropiados de los que se lo acusó, Pimentel primero tomó una licencia hasta el 20 de agosto. Días después, presentó su renuncia ante el ministerio de Cultura porteño. El ahora ex director del Cultural San Martín -lo dirigía desde enero de 2016- dijo en ese entonces a Clarín que su alejamiento se debía a “motivos personales” ya que no se sentía cómodo “con la situación”.
La «situación» a la que refirió el ex funcionario el 29 de agosto sólo se conocía como una doble denuncia por «maltrato físico y acoso sexual en espacios privados con acceso público», que presentaron en marzo de este año las dos mujeres que cumplían funciones en su equipo de trabajo.
Anahí es comunicadora, maquilladora profesional y performer de 28 años que luego pasó a manejar las redes del centro cultural. “Yo solo busco Justicia y con esto me refiero principalmente a poder volver a trabajar de manera digna como todo ser humano se lo merece”, explicó a Clarín tras conocerse la renuncia de su ex jefe.
Pimentel estudió arquitectura en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires. Como se define en su web personal, desde fines de los 90 se orientó hacia «el campo de las interfaces interactivas y la comunicación visual, desarrollando proyectos de gran complejidad» y entre 2000 y 2001 fundó Simplestudio junto a su socio, Andrés Sobrino.
Hace unos meses, por este tema fue escrachado en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) en la que dicta clases hace años y a la que no pudo volver. También, según dijo a este diario, fue medicado por picos de presión y ataques de pánico.
La causa la tramita Fiscalía N° 16 especializada en violencia de género, que solicitó el requerimiento a elevación a juicio luego de recibir material probatorio y la declaración de testigos aportados por las querellantes y por Pimentel y sus abogados.
Las trabajadoras mandaron telegramas al Centro Cultural, al Ministerio de Cultura y al Gobierno porteño en el que hablaban sobre este tema, pero fueron rechazados. Allí pedían el traslado y anunciaban que, de no recibir respuesta, se darían por despedidas. Les llegó una carta rescindiendo sus contratos.