La previa del clásico fue noticia por lo que pasó afuera del Gigante. En las adyacencias del estadio, y debido a que se cerraron las puertas porque la capacidad estaba colmada, cientos de socios de Central se quedaron sin poder ingresar y además fueron maltratados por efectivos policiales, pues muchos recibieron balas de goma y padecieron los gases lacrimógenos.
Según explicó el propio presidente canalla, Rodolfo Di Pollina, a Domingol (TyC Sports), «estamos tratando de averiguar con la seguridad por qué cerraron las puertas». Y además confirmó que los socios que tenían entradas y no pudieron entrar les iban devolver su dinero. «Vamos a resarcir a los hinchas que compraron tickets», aseguró.
Quien explicó lo sucedido fue Diego Maio, director de seguridad de Santa Fe: “La situación se desbordó cuando cerramos las puertas. Entraron más de 41 mil hinchas y la capacidad del Gigante es de 39 mil”, indicó a Domingol.
Horas más tarde, la dirigencia de Central emitió un comunicado donde repudia «los hechos de violencia».
«La CD está al tanto de la situación que vivieron cerca del horario de inicio al partido, en las calles aledañas, algunos socios que, dispuestos a ir a vivir la fiesta más importante de la ciudad, se encontraron con una represión que en algunos casos dificultó y en otros impidió el acceso al estadio».
«Solicitamos a los socios damnificados que durante la próxima semana se comuniquen con el club -personalmente en sede de calle Mitre, o través de socios@rosariocentral.com o WhatsApp (341 202-1889)- con el fin de responder a cada situación en particular y aportar a la investigación de los hechos que esta realizando el club».
«Así también, pedimos a las autoridades responsables que den las explicaciones del caso y se comprometan en adelante a realizar todos los esfuerzos en garantizar, ante todo, la integridad de los asistentes a un evento de esta magnitud», cierra el comunicado.