El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, presenta una «mejora progresiva» en en su estado de salud, tras someterse a una operación hace una semana, la cuarta desde que fue apuñalado durante su campaña electoral, según el parte difundido por el Hospital Vila Nova Star.
Los médicos señalaron que el mandatario ha tolerado «muy bien» la dieta líquida que volvió a recibir ayer, después de que la suspendiera el lunes por no soportarla bien. Ese día también se le retiró la sonda nasogástrica, que le servía para drenar líquidos y aire del intestino.
No obstante, han decidido mantener, al menos hasta este sábado, la alimentación por vía intravenosa, como complemento para alcanzar la cantidad de calorías necesarias en el día, informó la agencia de noticias EFE. El gobernante brasileño, de 64 años, continúa con los ejercicios de fisioterapia «respiratoria y motora», con paseos esporádicos por los pasillos del hospital y «visitas restringidas», de acuerdo con el boletín.
El equipo médico espera poder introducir una dieta cremosa entre la noche de este sábado y mañana domingo, aunque todo dependerá de la evolución en las próximas horas del jefe de Estado.
Bolsonaro fue sometido el domingo pasado a su cuarta operación desde que fue apuñalado el 6 de septiembre de 2018 mientras era cargado a hombros por una multitud en la localidad de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais (sureste). La cirugía del domingo tuvo como objetivo corregir una hernia surgida por el debilitamiento muscular provocado por las tres cirugías anteriores en el abdomen.
El presidente tenía previsto reasumir sus funciones esta semana, pero los médicos ordenaron posponer su vuelta al trabajo al menos hasta el próximo martes, cuando podría retomar sus actividades desde un despacho en el hospital, mientras espera recibir el alta, para la que aún no hay fecha prevista.