Por Gisela Gentile
Se estima que más de 600 millones de personas en el mundo no consumen carne, las razones son varias, entre las más destacadas se encuentra el maltrato animal.
La primera asociación vegetariana en el mundo data del 1847, la misma fue fundada en Manchester. Es común que suceda que gran parte de la sociedad y los monopolios de información desactiven estos tipos de cambios tan profundos ya que rompen con estructuras preestablecidas.
Cuando se aportaban las primeras estadísticas que indicaban que cada vez más personas se hacían vegetarianas, se intentó desarticular diciendo que era una moda y como tal, pasaría. Pero nada de esto ocurrió, ya que en la actualidad el número de personas que no come carne va en aumento y algunos se animan a decir que son más de 600 millones en el mundo.
¿Por qué se toma la decisión de consumir sólo alimentos de origen vegetal?
La respuesta se cae de maduro si se tiene en cuenta que por año 56 mil millones de animales se encuentra en jaulas sucias y sin ventilación para satisfacer la adicción del ser humano a la carne. A esto se puede sumar que la ganadería contribuye más al calentamiento global que todos los vehículos y aviones del mundo, y el 75% de los terrenos agrícolas está destinado a cultivos de pasto para el ganado. Según la Water Food para producir un solo kilo de carne de vaca se precisan más de 15.000 litros de agua, 6.000 para un kg de cerdo y 4.000 para uno de pollo. Y como dato alarmante cerca del 15% de los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera provienen de las flatulencias de las vacas.
Si se habla a nivel salud hasta la OMS terminó por aceptar que el consumo de carnes rojas en forma asada es cancerígena Clase I y sin asarse, cancerígena de Clase II. A lo anteriormente nombrado también se le puede sumar que los vegetarianos sufren menos enfermedades coronarias, hipertensión, obesidad, diabetes tipo 2, diverticulitis, entre otras.
Entonces, con tanta información e investigaciones que indican que es saludable consumir alimentos de origen vegetal, manteniendo una dieta equilibrada y cubriendo las necesidades nutricionales, por qué hay tantos prejuicios sobre los vegetarianos. Será que molesta el hecho de pensar un poquito más allá de donde proviene y qué consecuencias acarrea la comida que colocamos en nuestro plato. La industria cárnica es un gran negocio que parece llevarse todo por delante.
Con la Gente recolectó testimonios de vegetarianos con el fin de conocer el porqué de su decisión, y el cambio de vida que ello significó.
Una familia libre de carne
Carla junto a su familia cambiaron los hábitos alimenticios hace años: “Yo era vegetariana desde antes de quedar embarazada, luego por consejo de la obstetra volví a comer carne. Finalmente retorné y hace 5 años que junto a mi compañero dejamos de consumirla. Más que por una cuestión de salud lo hacemos por una conciencia contra el sufrimiento animal. Nos parece innecesario el maltrato y la explotación que padecen los mismos”.
“Nuestra hija Abril hasta los tres años consumió carne, en su momento tuvimos miedo de quitarle proteínas, a la vez se sumaron las presiones sociales que indicaban que podíamos causarle un daño irreparable en su salud. Luego ella empezó a preguntarnos porque nosotros no consumíamos, a lo cual respondimos que no queríamos consumir animales muertos y que ella era libre de elegir, pero sabiendo de donde provenían los alimentos. Y así fue como de a poco empezó a dejarla y siempre fuimos al pediatra para evaluar que no existirá ningún cambio en su salud”, indicó.
Carla aportó una experiencia que la marcó mucho: “Dos años atrás una pediatra que nos realizó el control a nuestra hija nos indicó que estaba todo perfecto hasta que le comenté que éramos vegetarianos. Allí comenzó a decirnos que le iba a costar el aprendizaje en la escuela, que no iba a aprender a leer, y que iba a padecer un montón de cosas más. Asustadísima consulté con otro pediatra y por suerte después de varios análisis todo era perfecto, y que nada de eso iba a pasar”.
“Nosotros como adultos y por cuestiones de trabajo no siempre llevamos a cabo una dieta saludable, pero a ella le reemplazamos la carne por comida nutritiva como legumbres, frutas, y verduras”.
“Nos sentimos muy bien físicamente los tres. En otro aspecto podría resaltar que al vivir en un barrio muchas veces nos cuesta encontrar otras alternativas de consumo. Cuando vamos al centro recurrimos a una dietética y tratamos de hacer las cosas lo más caseras posibles”, concluyó Carla.
Saber que nutrientes aporta cada alimento es fundamental
Guido hace casi medía vida que es vegetariano y narró cómo son sus días: “Hace 13 años que lo soy, siempre me gustaron mucho los animales y sentía que comerlos no era coherente. No me costó para nada dejar de consumir cualquier tipo de carne pese a que en mi casa lo hacía todos los días. Desde mi punto de vista no hay que decir que reemplazamos la carne por otro alimento ya que de esa manera afirmaríamos que hay que comerla sí o sí, y el humano no necesita la carne para vivir”.
“Muchas personas me preguntan qué como, y realmente pienso que hay un déficit de conocimiento de la variedad de alimentos que podemos ingerir. Los vegetarianos comemos básicamente verduras, legumbres, frutas, cereales y dentro de cada uno de ellos existe una variedad enorme de posibilidades. Actualmente mi dieta es mucho más amplia que cuando consumía carne”, enfatizo.
“Fui tres años vegano y realmente no me pareció difícil llevarlo a cabo, lo que se complicaba era adquirir productos, por lo cual la dedicación y planificación era más compleja. Hoy en día van abriendo más locales con este tipo de alimentos, paro lo que no nos damos tanta maña con la cocina, no es fácil llevarlo a cabo”.
“Siempre digo que cualquier dieta es buena si una la planifica bien, no soy de los que dice que la carne hace mal, pero en cantidad creo que es nociva. La cuestión no es comer o no, sino estar sano y pensar qué comemos y cómo lo planificamos. Siempre sugiero consultar a un médico o nutricionista especializados en el tema para estar bien informados. Esto va para los que son vegetarianos y los que no. Tanto las proteínas como la vitamina B12 se pueden adquirir de otros alimentos. Con el calcio de la leche ocurre lo mismo, por ejemplo, la almendra tiene el doble y quizás no se sabe tanto. Por eso asociar osteoporosis con la falta de consumo de leche es una mentira absoluta ya que existen alimentos que contienen mucho más, pero por cuestiones comerciales se habla sólo de la leche”, indicó.
“Ser vegetariano me hizo adquirir muchos conocimientos, yo tengo un plato de comida enfrente y sé que adquiero con cada cosa que ingiero, de esa manera mecho para no sufrir ni falta ni exceso de ningún alimento. Desde mi lugar me siento más tranquilo y conforme siendo vegetariano, ya que contribuyo desde mi pequeño lugar a una causa global. Sostengo que si todos desde nuestro lugar haríamos un poquito podríamos hacer algo mucho más grande”, concluyó Guido.