El día tan esperado llegó. Diego Armando Maradona volvió al fútbol argentino. Una multitud llegó hasta el estadio «Juan Carmelo Zerillo» para ver su primer entrenamiento como director técnico. Más de 25 mil hinchas de Gimnasia y Esgrima de La Plata explotaron cuando el Diez pisó el campo de juego y el astro rompió en llanto.
¡Bienvenido al Bosque, Diego!
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¡Bienvenido a la casa del Lobo, tu casa!#MaradonaAzulyBlanco #MaradonaEnGimnasia #Gimnasia #GELP #Maradona #D10s pic.twitter.com/Y7WGpytlZY
— Club de Gimnasia y Esgrima La Plata (@gimnasiaoficial) September 8, 2019
«Nos vamos a matar corriendo en esta cancha», les dijo Maradona a los hinchas en las tribunas, a un lado del capitán Lucas Licht, y frente al resto del plantel del «tripero», que se reunió alrededor del círculo central.
«¿Cómo puedo explicar yo con palabras lo que siento? Por eso me puse a llorar, le dejo un legado a mis hijos y algo al deporte argentino. No me esperaba esto, cuando lo vi no lo podía creer», afirmó.
Su ingreso el césped del «Bosque» platense fue el corolario de una semana repleta de adrenalina, desde aquel rechazo que el propio Maradona se encargó de desmentir, hasta la firma del contrato por una temporada, que lo ubicó como sucesor de Hernán Darío Ortíz.
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Hubo humo azul y blanco, una bandera gigante del «Lobo», otros «trapos» con la cara de Diego, arengas, lágrimas, y todo el cancionero de la hinchada.
Ahora llegará el momento de la verdad, de que el «Diez» tenga su oportunidad como entrenador en el fútbol argentino, 24 años después de aquellas experiencias fallidas en Mandiyú de Corrientes y Racing, y tras haber navegado por diferentes ligas de menor rango.
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«Por supuesto que quería dirigir en Argentina, el tema era otra personas, eran Blatter y Grondona, que apuraban a los presidentes para que no me contraten», indicó.
Más allá de su paso por la Selección argentina, lo que genera Maradona es magnético y, tanto para los jugadores como para los hinchas, representa un valor agregado superior al que hasta se le perdona que, durante su arenga, haya cantado por «volver» a Primera, cuando el «Lobo» todavía está jugando en la élite.
«Después de la Selección argentina me hicieron una cruz y todos sabían todo. En 1994, Blatter con Grondona me borraron, pero estoy acá de pie, como quería la «Tota» (su madre), que me decía: ´No te mueras por esa porquería´», confesó.
En números, Gimnasia todavía no ganó en la Superliga (un empate y cuatro derrotas), está último tanto en la tabla de posiciones como en los promedios y lo separan once puntos de Colón de Santa Fe, quien estaría evitando el descenso.
El debut oficial de Maradona como técnico de Gimnasia La Plata será el domingo 15 de septiembre a las 11:00 en el partido en el cual el «Lobo» recibirá a Racing, el vigente campeón de la Superliga.
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Ingreso soñado
Pocos minutos antes de las 14, la hora señalada por la dirigencia para la convocatoria del plantel para la práctica, Maradona salió por la manga inflable del «Lobo» y recorrió los 50 metros que lo separaban del círculo central ayudado por un carrito motorizado.
«Ustedes van a ser los que nos den la fuerza para ganar los partidos, ¡y los vamos a ganar! El domingo nos vamos a jugar la vida. Acá no se juega con revólveres, acá se tira el centro atrás y se la da al compañero para que festejemos todos juntos», afirmó Maradona.
El astro estuvo acompañado por sus ayudantes de campo, Sebastián «Gallego» Méndez y Adrián González, más Gastón Romero como entrenador de arqueros y Hernán Castex, quien se desempeñará como preparador físico.
Y fiel a su costumbre, no pudo evitar la polémica, porque ante el canto de la famosa canción «el que no salta, es un inglés» se puso a brincar mesuradamente por su reciente operación de rodilla, pero se encargó de recordar, sin nombrarlo, al presidente de Estudiantes, Juan Sebastián Verón.
«A Gimnasia lo vine a ver y tenía un ´ocho´ que la rompía y decía que tenía que jugar en Europa. Yo a los de enfrente, no les digo nada porque quiero ser respetuoso, como no lo son ellos», aseguró, seguido por una sonrisa cómplice y el referido canto de toda la cancha.