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Por José Odisio

Central – Newell’s: el presente de la tranquilidad


Foto: Juan José García

 

Por José Odisio

El Clásico está a la vista. Falta un poco más de una semana, pero la adrenalina ya avisa que se aproxima. Marca agenda, asume prioridades, desvela a jugadores e hinchas, impone respeto. Se juega por los puntos, que esta vez valen doble, y también por el honor. Un partido que provoca angustia y emoción con la misma intensidad.

Y a diferencia de los últimos enfrentamientos con Central, Newell’s parece vivirlo con tranquilidad. Una calma que nace en Kudelka, y que se avala en los resultados de este inicio esperanzador de Superliga. Ganar o perder no da lo mismo, pero el equipo esta vez parece vivirlo sin esa presión que muchas veces lo paralizó al salir a la cancha.

Perder a Formica fue duro. Pero también hay que decirlo, Newell’s no dependió del Gato para ganar sus tres partidos. Es el que le da fútbol a un equipo práctico y vertical que no vive de la pelota. Está lejos de ser el de mayor tenencia, uno de los pocos libretos martinistas que Kudelka no consume. Por eso perder a Formica duele, aunque no desestabiliza.

Newell’s va al Clásico con un arma que en la última década lo desestabilizó: la pelota parada. De pronto encontró fortaleza para defender la pelota aérea en su arco, y lastima en el arco de enfrente. Hasta de animó a hacer un gol de contra tras un córner rival. Y entonces, va a Arroyito golpeándose el pecho, sabiendo que esta vez no será fácil que lo vulneren con un centro como en otros choques con Central que se definieron con una pelota parada.

Todavía falta. La ciudad vive con tensa calma la previa de su fiesta. Y en el Parque por ahora la tranquilidad se percibe en los rostros. Y eso es toda una señal.