El poderoso huracán Dorian se detuvo casi por completo en las Bahamas este lunes, prolongando la agonía mientras las crecientes aguas del mar y los fuertes vientos arrasaban las comunidades de las islas ubicadas a poca altitud y provocaban evacuaciones masivas a lo largo de la costa de Estados Unidos.
El huracán se debilitó ligeramente y pasó a categoría 4, pero según informaron las autoridades meteorológicas de Estados Unidos, continúa representando una seria amenaza.
El primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, aseguró que el huracán provocó una «devastación sin precedentes» en las islas Ábaco, que el domingo recibió la peor parte de Dorian cuando tocó tierra como la tormenta más poderosa que jamás haya golpeado el archipiélago.
«Nuestro enfoque en este momento es el rescate, la recuperación y la oración», dijo Minnis en Twitter.
Casi 24 horas después de tocar tierra, aún no se tenía claridad del número de víctimas de la tormenta. Dorian avanzaba hacia el oeste el lunes a una velocidad de 2 km/h, asentándose durante una hora sobre la isla de Gran Bahama, con vientos de 250 km/h.
El miedo se apoderó de los residentes de Freeport cuando los vientos arrancaron las persianas y el agua comenzó a llegar a los hogares, dijo Yasmin Rigby, contactada por mensaje de texto en la principal ciudad de Gran Bahama.
«Las personas que pensaban que estaban a salvo ahora están pidiendo ayuda», dijo Rigby. «El esposo de mi mejor amiga está atrapado en el techo de su casa con dos metros de agua debajo».
Según una estimación inicial de la Cruz Roja, unas 13.000 casas podrían haber sido dañadas o destruidas por el paso de Dorian en Bahamas.