Por Enrique Genovar
El club necesitaba vender y lo hizo. Claro que la venta se dio en un mal momento, aunque casi siempre los clubes que venden no pueden elegir cuándo. Pero lo que pasa en Central va más allá de una venta y de un rumor de salida del entrenador. Desde el club no surge información oficial y esto hace que el socio e hincha del club dude de casi todo.
En la era de la comunicación no comunicar no es sólo un juego de palabras, sino que es algo imperdonable.
Saber cómo se llegó a una situación asfixiante desde lo económico es fundamental. Ese es el primer paso para entender, aunque no para compartir, la decisión que se tomó con el formoseño Lovera. Nadie sabe cómo es hoy la situación o mejor dicho como era antes de que decidan vender al delantero. Los hinchas no entienden no porque no quieran, sino porque no les explican y eso en la era de la comunicación es inentendible.
Además este hecho hace que sea perjudicial también para la gestión. Es que al no explicar surgen versiones que no son buenas. Así pasó en la mañana de este jueves cuando avanzó el rumor de que el entrenador quería irse porque se había ido Lovera, y esto no fue así.
Explicar está dentro de las obligaciones que tienen los que dirigen los destinos del club y es el derecho a saber de qué se trata es algo que tienen los socios.