Por Mario Luzuriaga
En Estados Unidos, por suerte quedan muy pocos autores a la hora de ver cine y por suerte aún nos queda Quentin Tarantino. El jueves pasado se estrenó «Había una vez…en Hollywood», su novena película, que se ha convertido en una de las más aclamadas del año y en posible candidata a los premios Oscar.
El director siempre juega con géneros, música y otras cosas que le gustan desde siempre y los incorpora a sus producciones. Aquí deja de lado a la mafia, a los nazis y a los vaqueros, para homenajear una época muy naive, en la que era furor el «flower power», el hippismo, la guerra de Vietnam y el rock & roll.
La historia nos presenta a Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), un actor que fue célebre por protagonizar una serie de western y su fiel compañero, amigo y doble de acción, Cliff Booth (Brad Pitt). Ambos se encuentran en la mala, ya que Dalton, sostén de esta «pareja» de amigos, está olvidado en Estados Unidos y hace apariciones esporádicas en otras series. Pero su vida cambiará cuando se muden sus nuevos vecinos, Roman Polanski y su mujer Sharon Tate (Margot Robbie).
La película es larga, pero son casi tres horas de pura fiesta y homenajes que hace Tarantino a esa época y también se destaca en la construcción de esta historia y de sus personajes principales. Por un lado, DiCaprio explotando su talento para interpretar a este actor en decadencia, que se rehúsa ir a filmar «spaghetti westerns» en Europa, ya que lo considera muy por debajo de su nivel. Y, por el otro, está Pitt, en rol de compañero, consejero, con un alma aventurera y obvservador de lo que sucede a su alrededor.
Como director, Tarantino está en su mejor nivel, siendo puntilloso en cada aspecto y sobretodo cuando tiene que filmar cosas de la época, usando diversas técnicas, que las usó a la perfección. Sin lugar a dudas es una experiencia que se tiene que disfrutar y ayuda a dejar de lado a super héroes, autos rápidos y algunos dramas, para poder ver una verdadera obra maestra.
Calificación: Excelente.