Se trata de la institución 'Mariano Grandoli' de Villa La Ribera, donde más de 50 niños van a comer. CLG habló con Sandra Barrias, tesorera, sobre la situación
Por Emilia Ottogalli
Veintiocho pesos. Eso es lo que recibe la escuela de Villa La Ribera, «Mariano Grandoli», para darle el almuerzo y la merienda a cada chico. Sí, con $28 tienen que costear dos comidas. Cosa que sólo pueden hacer si a eso le suman donaciones y recaudaciones solidarias. CLG habló con Sandra Barrias, tesorera de la institución, para conocer un poco más de la situación y cómo se las arreglan para alimentar a los niños.
«Con aumento, nos depositan $28 por chico entre comedor y copa de leche», señaló Sandra en primer lugar. Entonces aclaró: «Veníamos cobrando menos».
En este sentido, detalló: «Estábamos recibiendo $18 para el almuerzo y aumentaron a $21. En la copa de leche, eran $5 y ahora $7, si te aumentan dos pesos no tiene sentido».
«No tiene relación porque si te ponés a pensar no comprás ni una fruta, ni el pan. Nada», resumió.
Sandra lo sabe de primera mano. Entiende perfectamente que con los $28 que envía Provincia no alcanza para las dos cosas. «Eso tendría que ser sólo la merienda, como mucho», aseguró.
En la escuela se encargan de que los chicos pueden comer bien, por lo que a través de eventos o rifas juntan dinero para poder llegar a lo que necesitan. Además, reciben donaciones de distintos comercios y personas.
«Tenemos un frigorífico cerca que nos da una mano con una pata todos los meses que son entre 15 y 20 kilos de carne. Eso nos ayuda un montón. Con eso le damos el lujo de que coman una carne al horno, cosa que en los comedores ya no les pueden dar», ejemplificó. Y añadió: «Yo pido de todos lados. Donde pueda».
«Ayer (jueves) nos encontramos con esto y nos empezamos a cuestionar: ¿cómo hacemos? Porque por más que recibimos una donación no alcanza», contó. A su vez, señaló: «La gente está asustada y si hacés una rifa no te deja mucha ganancia».
Sandra hizo especial énfasis en el trabajo de la cooperadora y consideró: «Es tan indispensable como injusto. Es indispensable para poder tener un poco de dinero para pagarle a los proveedores. No tendría que ser necesario, es injusto para nosotros. Con ese dinero antes les dábamos un gusto a los chicos».
A la ‘Mariano Grandoli’ asisten 68 chicos entre primaria y jardín. De esos, «54 y 56 chicos van al comedor». «Prácticamente todos vienen. O salís a pedir donaciones o recaudás con eventos y cosas, si no no se puede», finalizó.