El director de la Reforma Política y Constitucional del gobierno de Santa Fe habló con CLG a 25 años de la última modificación a la Carta Magna
Por Matías Gregorio
El 22 de agosto de 1994, después de que el entonces presidente Carlos Menem y su antecesor Raúl Alfonsín sellaran el acuerdo conocido como «el Pacto de Olivos», se promulgó la séptima reforma constitucional desde su sanción en 1853.
La reforma, de la que se cumplen 25 años, estableció la reelección presidencial, la creación de la figura del Jefe de Gabinete, el tercer senador, el Consejo de la Magistratura y formas de democracia directa como la consulta y la iniciativa popular, entre otros ítems.
Los cambios a la Carta Magna fueron aprobados en el marco de la Convención Constituyente, que se celebró en las ciudades de Santa Fe y de Paraná y fue presidida por el hermano del entonces presidente Carlos Menem, el senador riojano Eduardo Menem.
Oscar Blando, Doctor en Derecho y director de la Reforma Política y Constitucional del gobierno de Santa Fe, fue partícipe de los debates que se dieron antes de la sanción. En diálogo con CLG, rememoró aquellos días e hizo un balance de la reforma.
«En ese entonces daba clases en la Facultad de Derecho, donde se dio un ámbito de debate, discusión y participación con los alumnos», contó Blando, y añadió que personalmente se encontró con figuras muy importantes, como Raúl Alfonsín: «Participé activamente, debatía y conversaba con ellos. Por otro lado, promovimos una serie de reuniones cuando funcionaba el Club de Cultura Socialismo en Buenos Aires. Hacíamos charlas con quienes habían sido candidatos a convencionales constituyentes. Se generaron una serie de debates sociales, culturales, académicos y políticos».
El profesor universitario consideró que el balance de la reforma del 94 «es positivo». Y fundamentó: «Todas las constituciones tienen un núcleo de ideas centrales, de conceptos que han sido los acuerdos básicos que sintetizan esos valores de una Constitución o de una reforma constitucional. Al repasar los principios de la Constitución fundacional de 1853, podemos decir que eran la búsqueda de la paz, la organización nacional, la inmigración, es decir, la República; ya en la reforma del 49 o del 57 diría que se incorporaron los derechos sociales. Y con respecto a la reforma del 94, los valores más importantes son la democracia y los Derechos Humanos».
«Veníamos de un proceso dictatorial, por lo tanto el valor por la lucha por los Derechos Humanos significó parte de esa recuperación democrática», apuntó el Doctor en derecho, y explicó: «La incorporación de los tratados internacionales de Derechos Humanos con jerarquía constitucional fue lo más trascendente de esa reforma. Empezó a dar presencia e igualdades a sectores que necesitaban el reconocimiento de los derechos, como por ejemplo en lo que respecta a la igualdad de oportunidades reales entre hombres y mujeres, como así también la idea del reconocimiento de los pueblos originarios, de la discapacidad, y de los niños y adolescentes, sectores que habían estado ausentes en las constituciones anteriores».
Por otra lado, señaló que incluso la palabra ‘democracia’ no estaba en la Constitución Nacional hasta el 94, por lo que los avances en este punto fueron muy importantes: «El artículo 36 de la Constitución, que es una expresión de principios fundamentales, habla del nunca más a la ruptura del orden constitucional y establece que quienes irrumpan contra el orden mencionado son infames traidores a la patria y sus actos son nulos». «El valor de la idea de la democracia llega en un momento de consolidación de la misma, ya que técnicamente se dice que se llega a ese proceso cuando un gobierno civil, después de un proceso autoritario, entrega el poder a otro gobierno civil, como sucedió en el caso de Alfonsín a Menem».
En cuanto a los puntos que fueron añadidos a la Carta Magna y que no han sido cumplidos, mencionó: «La coparticipación es uno de los mandatos incumplidos de la Constitución, de una idea de una Argentina federal que no consigue todavía dar cuenta de ello. La Constitución establece los principios, pero luego somos los argentinos y las instituciones las que tienen que cumplir con esos mandatos constitucionales».
Además, consideró que otras cláusulas que han sido importantes en términos de ampliación democrática no han tenido su desarrollo y su experiencia vívida, como en los casos de la consulta popular y con la iniciativa popular: «Nunca hubo ningún gobierno nacional que intentó llevar a cabo una consulta al pueblo, salvo en el caso de Alfonsín antes de la reforma del 94. La iniciativa popular tampoco fue alentada, debido a que su reglamentación es bastante exigente, lo que hace que esa idea de ampliación de la participación democrática no se lleve a cabo».
«Por supuesto que la Constitución puede mejorarse, como por ejemplo en el ítem del Consejo de la Magistratura, pero fundamentalmente me parece que habría que empezar a cumplir la reforma del 94, porque tampoco hay tantos obstáculos como para no hacerlo», opinó el director de la Reforma Política y Constitucional del gobierno de Santa Fe, y agregó: «Se puede decir que 25 años es bastante tiempo, y que hay algunas cosas que no están cumplidas y deberían revisarse, pero si bien la reforma se dio en el marco del neoliberalismo, existen en la propia Constitución una serie de principios que son claramente del constitucionalismo social».
Por último, detalló que con el gobierno de la provincia habían planeado realizar una reunión con el Círculo de Ex Convencionales Constituyentes, pero a raíz del decreto que lanzó el presidente Mauricio Macri donde estableció una serie de actos, decidieron posponer la actividad en beneficio de esas ceremonias.
El propio Macri encabezará el próximo sábado el acto conmemorativo del vigésimo quinto aniversario de la reforma de la Constitución Nacional de 1994 en el Museo del Parque de la Constitución, en la ciudad de Santa Fe. También estarán algunos de los más de 200 convencionales constituyentes que modificaron la Carta Magna.