El intento del presidente Donald Trump de reflotar el proyecto estadounidense de comprar el territorio autónomo de Groenlandia, que pertenece a Dinamarca, devino en un áspero cruce diplomático entre Washington y Copenhague, tras el rechazo rotundo de daneses y groenlandeses y la suspensión de una visita oficial del magnate republicano al país nórdico.
Trump anunció que suspendió su visita oficial a Dinamarca del 2 y 3 de septiembre por la negativa de Copenhague a abordar la venta, un pedido que fue considerado una «ofensa» por la clase política del país nórdico. «Considerando que la primera ministra Mette Frederiksen no tiene interés en discutir la compra de Groenlandia pospondré la reunión para otro momento», expresó anoche Trump vía Twitter, su canal favorito de comunicación pública.
Los hechos se desencadenaron después de que, la semana pasada, The Wall Street Journal adelantó que Trump había mostrado interés en adquirir el territorio autónomo perteneciente al reino de Dinamarca. La isla más grande del mundo, enclavada entre los océanos Atlántico y Ártico, mayormente cubierta de hielo y con 56.000 habitantes, es rica en recursos naturales y posee un importante valor estratégico para Estados Unidos.
Frederiksen afirmó que Groenlandia no está en venta y que «no es danesa, sino groenlandesa». «Espero de verdad que no sea nada que se haya dicho en serio», dijo en declaraciones recogidas por la televisión pública danesa durante una visita a esa isla atlántica. «Es una discusión absurda, y Kim Kielsen (presidente groenlandés) dejó claro que no está en venta. Y ahí termina la discusión. En cambio hay muchas otras cosas de las que queremos hablar con un presidente estadounidense», afirmó Frederiksen.
Políticos de los principales partidos respondieron al anuncio criticando duramente a Trump por lo que consideran «una falta de respeto y un insulto al país y, sobre todo, a la reina Margarita II» quien lo había invitado formalmente. Por su parte, la Comisión Europea (CE) mostró su respaldo al gobierno danés. «La Comisión Europea suscribe y apoya la posición expresada por la primera ministra de Dinamarca y el Gobierno de Groenlandia», dijo una portavoz comunitaria.
La Casa Real danesa se ha limitado a responder a través de su portavoz que la noticia es una «sorpresa». «Trump vive en otro planeta. Autosuficiente e irrespetuoso», escribió en Twitter Pernille Skipper, portavoz de la rojiverde Lista Única, una de las fuerzas que apoyan al Ejecutivo de Frederiksen.
Trump tiene interés en comprarle Groenlandia a Dinamarca, ¿le alcanzará?
El líder del Partido Social Liberal y aliado de Frederiksen, Morten Østergaard, dijo que la realidad ha superado a la fantasía y se mostró sorprendido de que nadie en Washington le haya contado a Trump que no puede comprar Groenlandia. «El presidente de Estados Unidos suspendió su visita a Dinamarca porque no había interés en discutir una venta de Groenlandia. ¿Es una broma? Profundamente ofensivo contra los groenlandeses y los daneses», apuntó en Twitter la ex primera ministra socialdemócrata Helle Thorning-Schmidt, informó la agencia de noticias EFE.
La oposición se mostró también muy crítica con el anuncio de Trump, y el vicepresidente del Partido Liberal, y ex ministro de Exteriores, Kristian Jensen, habló incluso de «crisis diplomática» y de la necesidad de reconducir la relación entre los dos países.
La visita a Copenhague era la última parada del viaje oficial de Trump a Europa, que empezará con su participación en la cumbre del grupo de los siete países más desarrollados (G7) en Biarritz, Francia del 24 al 26 de agosto y seguirá en Polonia del 31 de agosto al 2 de septiembre.
Trump había confirmado un día antes los rumores sobre sus planes para adquirir la isla, admitiendo que «surgió el concepto» y que consideró que «estratégicamente es interesante». En un breve comunicado, el gobierno de Groenlandia aseguró que su territorio «no está en venta».