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La emocionante historia del Iron Man que ayuda a niños internados


 

Tras una crisis económica, Gustavo Loaicono perdió su trabajo y cayó en un profundo estado de depresión. En medio de la angustia, tomó una decisión que le cambió la vida a él y también a miles de niños de todo el país. A mediados del 2014 se dijo: «Me voy a crear mi propio mundo. Voy a ser un superhéroe de verdad, que ayude a los demás».

Dos años después del estreno, el éxito de la película de MarvelAvengers‘ todavía hacia eco en los más pequeños y uno de sus personajes más famosos era amado por todos. Así fue como, bajo un perfecto traje de ‘Iron Man’, Loiacono empezó a recorrer hospitales de Buenos Aires visitando a los niños internados y con un sólo objetivo: «Hacer felices a los demás».

«Me impactó el personaje de Iron Man y a los niños mucho más. Tenía que tomar una decisión en mi vida: me quedaba en mi casa llorando o creaba mi propia historia y personaje y salía a dar batalla por mis propios ideales», explicó Gustavo en diálogo con RT, haciendo referencia al momento que cayó en la quiebra tras perder varios emprendimientos.

Si bien lo hacía de manera voluntaria, ser el «hombre de hierro» fue su primera salida laboral: empezó a asistir a fiestas infantiles y lograr ser conocido. Pero algo le impactó y le hizo el clic: la sonrisa de los más pequeños al ver llegar a ese hombre vestido de rojo. En ese momento, entendió que podía usarlo para fines solidarios.

«Empecé a tomar conciencia de que tenía que colaborar con el otro desde muy chico. Siempre sentí satisfacción por eso. Fue entonces que, mientras sentía cierta frustración por perderlo todo, el ‘Iron Man’ se volvió mi refugio. Así inició mi camino con los más chicos», explicó.

Su rol no lo toma a la ligera, sino que siempre está buscando parecerse cada vez más al famoso Tony Stark. Desde trabajar horas en el traje, agregarle nuevos condimentos o buscar parecerse a Robert Downey Jr, actor que interpreta al magnate Stark.

Gustavo empezó a visitar a los infantes a los hospitales donde se encontraban para alcanzarles algunos regalos y poder sacarle una sonrisa, pero no se conformó sólo con eso. Más tarde empezó a sumarle a las entregas prótesis a menores que habían perdido alguna extremidad de su cuerpo. «Su cara de felicidad al verme es mi combustible para hacer esto. Mi ‘Hollywood’ son sus risas. Es muy gratificante el momento», comentó.