Una mujer, cuya identidad se desconoce, se tiró del avión para realizar paracaídismo el pasado sábado en la ciudad canadiense de Trois-Rivieres cuando se llevó un tremendo susto: su paracaídas principal y el de respaldo no se abrieron. Tras las fallas, la mujer de 30 años empezó a caer de una altura de 1.524 metros.
La joven, que tenía experiencia previa en paracaidismo, se precipitó sobre unos árboles a una velocidad de al menos 60 kilómetros por hora. Varios testigos afirmaron que la vieron caer a gran velocidad hasta que se estrelló contra los árboles que le salvaron la vida.
Tras el impacto, la mujer ahora se recupera en un hospital, ya que sufrió diversas fracturas, incluidas varias vértebras rotas. Los médicos aseguraron que su vida está fuera de peligro.
«Es un milagro», señaló al medio un testigo del suceso, que afirmó no poder concebir «cómo una persona puede sobrevivir a una caída» de este tipo.
Océane Duplessis, un testigo que estaba a punto de abordar un avión para su propio salto cuando vio el accidente, aseguró que “observó todo el camino hasta el final”. “Estábamos muy preocupados. Muy”, expresó
Hasta el momento, no se conocen los detalles del incidente. La policía local está investigando el caso para determinar si tuvo lugar alguna negligencia criminal.
En Estados Unidos tan solo 1 de cada 1.536 saltos en caída libre en 2018 termina con algún tipo de lesión, lo que significa un 0,07% del total de saltos. Sin embargo, cuando algo falla en este deporte, las posibilidades de que el accidente sea grave son muy altas.